La extendida creencia de que la dopamina regula el placer puede pasar a la historia ante los últimos avances científicos sobre la función que cumple este neurotransmisor y que demuestran que lo que regula es la motivación.
La dopamina hace que los individuos se pongan en marcha y perseveren para conseguir algo, ya sea positivo o negativo. La psicobióloga Mercè Correa de la Universitat Jaume I de Castellón en España, y su equipo de investigadores, plantean un cambio de paradigma con importantes aplicaciones médicas.
Existe la creencia popular, y también científica, de que la dopamina regula el placer y la recompensa, que cuando consigues algo que te satisface liberas dopamina, pero las últimas investigaciones demuestran que este neurotransmisor actúa de forma previa, es el que nos mueve a actuar, se libera para conseguir algo, ya sea evitar un mal o alcanzar un bien.
La investigadora afirma que ha llegado un momento en el que los datos pesan tanto que se plantea un cambio en la teoría dominante. Los estudios realizados en los últimos años demuestran que se libera dopamina tanto por sensaciones placenteras como por estrés, dolor o pérdidas.
Los resultados pueden ser aplicados tanto en patologías relacionadas con la falta de motivación y fatiga mental, como en aquellas en las que existe una motivación y perseverancia excesiva, como las adicciones, está tan implicada en lo negativo como en lo positivo, pero se han sesgado mucho las investigaciones para solo incidir en lo positivo.
El nivel de dopamina varía en cada individuo, por lo que hay personas más perseverantes que otras para alcanzar una meta. La dopamina lleva a mantener el nivel de actividad para conseguir lo que se persigue, por lo que en principio es positiva, sin embargo, siempre dependerá de los estímulos que se busquen. Es válido tanto si el objetivo es ‘ser bueno en los estudios’ como si el fin es ‘consumo abusivo de drogas’, vale para la motivación normal y para la patológica.
Los elevados niveles de dopamina también explican la conducta de los denominados buscadores de sensaciones. Lo que la dopamina regula no es que lo vivido les produzca más placer, sino que están más motivados para actuar. La producción de dopamina se ha confundido durante mucho tiempo con la satisfacción, pensando que provoca que estas personas sientan más, cuando lo que hace es que sean más activos.
Las personas que están deprimidas no tienen ganas de hacer nada, cualquier esfuerzo lo ven como una montaña, y eso es porque en la depresión hay niveles bajos de dopamina y, por tanto, falta motivación, la falta de energía y motivación está también relacionada con otros síndromes que presentan fatiga mental como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple o la fibromialgia, entre otros.