El Día Mundial de la Psoriasis se celebra en asociaciones de pacientes de todo el mundo el 29 de octubre de cada año.
La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel, no contagiosa, que causa debilitamiento, incomodidad y estrés. Afecta a aproximadamente el 3% de la población mundial, lo que implica unos 125 millones de personas, uno de cada cuatro pacientes desarrollará también artritis psoriásica, una patología muy dolorosa, aún existe un gran desconocimiento sobre esta afección, y los enfermos suelen ser víctimas de discriminación, pues muchas personas tienen un injustificado miedo al contagio.
Los adultos con psoriasis que utilizan fármacos inmunomoduladores necesitan orientación sobre la necesidad de vacunarse, comenta la Dra. Abby Van Voorhees, dermatóloga de University of Pennsylvania, Filadelfia.
Los médicos de los pacientes con psoriasis tratados con inmunosupresores deben saber que esos productos aumentan el riesgo de infección.
La vacunación de la población adulta es muy baja, se recomienda que los dermatólogos que atienden a esos pacientes los aconsejen sobre la necesidad de estar al día con las vacunas que recomienda la Comisión Asesora de las Prácticas de Inmunización.
La Dra.Van Voorhees dirigió una revisión de la literatura médica para el Consejo Médico de la Fundación Nacional de Psoriasis.
Y promueve tres recomendaciones fundamentales.
Primero, muchas vacunas vivas son peligrosas para los pacientes inmunosuprimidos y deben administrarse entre dos y cuatro semanas antes del inicio del tratamiento farmacológico, con una excepción. Existen pruebas preliminares de que la vacunas para el herpes zóster, que es una vacuna viva, se puede aplicar de manera efectiva y segura sin interrumpir el tratamiento de inmunosupresión de los pacientes.
Segundo, las vacunas inactivadas son más seguras, pero la inmunosupresión contrarrestaría la respuesta óptima del organismo y el efecto se desvanecera rápidamente.
Y, tercero, la orientación sobre las vacunas debe ser parte de la atención habitual.
La aplicación de las vacunas necesarias antes de comenzar el tratamiento de inmunosupresión es lo mejor siempre que sea posible, y debería ser parte de la planificación del tratamiento, se necesitan más estudios para definir las recomendaciones de inmunización específicas del tratamiento.Los resultados del estudio se publicaron en la revista Journal of the American Academy of Dermatology.