El desprendimiento de retina es la separación de la membrana sensible a la luz, situada en la parte posterior del ojo (retina), de sus capas de soporte.
La retina es el tejido transparente en la parte posterior del ojo que lo ayuda a uno a ver las imágenes enfocadas en ella por la córnea y el cristalino. La retina se conecta con el cerebro a través del nervio óptico.
El tipo más común de desprendimiento de retina se debe a un desgarro o perforación en la misma, a través del cual se pueden filtrar los líquidos del ojo. Esto causa la separación de la retina de los tejidos subyacentes. Esto casi siempre es causado por una afección llamada desprendimiento vítreo posterior. Sin embargo, también puede ser causado por un traumatismo y una miopía muy avanzada. Un antecedente familiar de desprendimiento de retina también incrementa el riesgo.
Otro tipo de desprendimiento de retina se denomina desprendimiento por tracción y se observa en personas con diabetes no controlada, cirugía previa de la retina o que tienen inflamación crónica.
Cuando se presenta el desprendimiento de retina, el sangrado proveniente de los vasos en el área puede causar opacidad en el interior del ojo, que normalmente está lleno de una sustancia gelatinosa llamada humor vítreo. La visión central puede resultar seriamente afectada si la mácula, la parte de la retina responsable de la visión fina, se desprende.
Los síntomas del desprendimiento de retina suelen ser destellos de luz brillante, especialmente en la visión periférica, visión borrosa, “moscas volantes”, sombras o ceguera en una parte del campo visual de un ojo
El diagnóstico de desprendimiento de retina se confirma mediante exámenes para verificar la respuesta de la retina y la pupila así como la capacidad de uno para ver los colores apropiadamente. Estos exámenes pueden abarcar:
- Electrorretinografía (un registro de las señales eléctricas en la retina producidas cuando uno ve cosas)
- Fluorangiografía
- Medición de la presión intraocular
- Oftalmoscopía
- Prueba de refracción
- Examen para determinar la capacidad para ver los colores apropiadamente
La mayoría de los pacientes con desprendimiento de retina necesitará cirugía, ya sea inmediatamente o después de un corto plazo.
Algunos tipos de cirugía de desprendimiento de retina se pueden realizar en el consultorio del médico:
- Se puede utilizar rayo láser para sellar los desgarros o agujeros en la retina antes de que se produzca un desprendimiento.
- Si se tiene un pequeño desprendimiento de retina, el médico puede colocar una burbuja de gas en el ojo. Esto se conoce como retinopexia neumática y ayuda a la retina a regresar de nuevo a su lugar. El agujero se sella con un láser.
Los desprendimientos de retina más graves pueden requerir una cirugía en quirófano. Tales procedimientos abarcan:
- Introflexión o indentación escleral para empujar suavemente la pared del ojo hacia arriba contra la retina.
- Vitrectomía para extraer el gel o el tejido cicatricial que jala la retina, empleada para los desprendimientos o desgarros más grandes.
Los desprendimientos de retina por tracción se pueden vigilar por un tiempo antes de la cirugía. Si es necesaria la cirugía, por lo regular se hace la vitrectomía.
El pronóstico después de un desprendimiento de retina depende de la localización y magnitud del desprendimiento, al igual que del tratamiento oportuno. Si la mácula no sufrió daño, el pronóstico con el tratamiento puede ser excelente.
Un desprendimiento de retina causa pérdida de la visión. La cirugía para repararlo puede ayudar a recuperar parte o la totalidad de la visión.