Usando nanocables de silicio y células vivas, científicos lograron crear un tejido, donde pueden estudiar el comportamiento de las mismas células sin alterar o interrumpir su funcionamiento. Este logro tiene posible aplicaciones medicas.
Esta estructura, que combina tejido vivo, cables y transistores, se logró con nanocables de silicio, los cuales tenían que ser muy finos, porosos y flexibles para que pudieran albergar las células y poder estudiarlas.
Los resultados fueron publicados en la revista Nature Material, y señala que hasta ahora ya se podían estudiar con electrodos el comportamiento de las células pero interrumpía el trabajo celular. Esta nueva técnica permite conocer mejor el modo en que funcionan las células.
Los científicos lograron construir también un vaso sanguíneo, con el cual pudieron registrar sus impulsos eléctricos externos e internos.
La aplicación más próxima es la creación de tejidos musculares, como las del un corazón, que permitiría monitorear el estado general del tejido, lo que permitira predecir enfermedades o algún otro problema médico, en estos mecanismos se pueden investigar nuevos medicamentos, para caracterizarlos, sin ponerlos a prueba en seres vivos.