La anorexia nerviosa y la bulimia tienen grandes efectos a nivel dental.
La secuela más importante que se presenta en estos pacientes a
nivel oral es la erosión del esmalte, sobretodo en caras linguales o palatinas como resultado de la acción del
ácido de los jugos gástricos del estómago al provocar vómitos recurrentes.
A raíz de la pérdida del esmalte aparece hipersensibilidad dental y/o dolor a consecuencia de la exposición de los dientes o de la pulpa en casos extremos. El proceso a nivel oral va degenerando rápidamente provocando la pérdida de las piezas dentales a consecuencia del mal estado en que pueden quedar conforme evoluciona la enfermedad. La pérdida de las piezas dentales produce un deficiente sellado labial y una sobreinfección por cándidas a causa de la disfunción de las glándulas
salivales.
En estos pacientes es una constante la halitosis, fruto del forzado reflujo gástrico.
Debemos considerar, que las personas que padecen anorexia con frecuencia mienten acerca de sus hábitos; en consecuencia es un área aún muy abierta a las investigaciones para
determinar la influencia de los hábitos
higiénicos en estos casos.
El tratamiento de la anorexia nerviosa debe ser multidisciplinario. Estos pacientes precisan tratamiento
médico, psicológico, nutricional y odontológico.