Un pequeño nuevo estudio ha identificado un patrón distintivo y exclusivo en la forma en que los cerebros de los niños con autismo procesan la información.
Los investigadores utilizaron electroencefalografías (EEG) para rastrear la actividad eléctrica de los cerebros de 30 niños autistas, y detectaron ciertas características en las conexiones cerebrales, según el estudio, que aparece en la edición el 27 de febrero de la revista BMC Medicine.
En comparación con otros niños, los autistas tenían más conexiones de corto alcance dentro de distintas regiones del cerebro, pero menos conexiones entre las áreas más distantes, señalaron los investigadores del Hospital Pediátrico de Boston.
Apuntaron que los hallazgos podrían ayudar a mejorar la comprensión sobre ciertas conductas de los niños autistas.
Una red cerebral que tenga más conexiones de corto alcance que conexiones de largo alcance ayuda a explicar por qué un niño autista podría distinguirse en tareas específicas y enfocadas como memorizar las calles, pero no puede integrar información entre distintas áreas del cerebro para crear conceptos más amplios, plantearon los investigadores.
«Por ejemplo, un niño autista podría no comprender por qué un rostro parece realmente enojado, porque los centros visuales y los centros emocionales de su cerebro tienen menos comunicación entre sí», comentó el autor coprincipal del estudio, el Dr. Jurriaan Peters, en un comunicado de prensa del hospital. «El cerebro no puede integrar esas áreas. Hace mucho con la información localmente, pero no la envía al resto del cerebro».
Peters dijo que el hallazgo «podría bien cambiar la forma en que considerarnos los cerebros de los niños autistas».
Fuente: Boston Children’s Hospital