Los científicos encabezados por el Dr. Hans-Peter Kiem, del Centro de Investigación de Cáncer Fred Hutchinson, en EUA, lograron crear un «escudo» de células madre para proteger la médula ósea de los pacientes sometidos a la terapia.
Lo hicieron modificando las células madre sanguíneas del paciente y trasplantándolas para proteger a este tejido, los resultados del estudio preliminar se realizaron con tres pacientes con cáncer cerebral, dicen los científicos en Science Translational Medicine, mostraron resultados alentadores.
Dos de los pacientes sobrevivieron más tiempo del pronosticado y el tercero continuaba vivo tres años después del tratamiento y sin progresión de la enfermedad.
El enfoque, es completamente innovador.El organismo constantemente produce nuevas células sanguíneas en la médula ósea, que se encuentra en el interior de los huesos largos.
Sin embargo, este tejido es uno de los más susceptibles al tratamiento de quimioterapia, estos fármacos provocan una reducción en la producción de glóbulos blancos, lo cual incrementa el riesgo de infección en el paciente.
También se reduce el número de glóbulos rojos, que se encargan de transportar el oxígeno en la sangre, lo cual produce falta de aliento y cansancio en la persona.
Estos efectos, son uno de los mayores obstáculos en el uso de la quimioterapia y a menudo el tratamiento debe ser detenido, retrasado o reducido hasta que el paciente mejore, hasta ahora no se ha encontrado un tratamiento de cáncer que sea tan efectivo como la quimioterapia.
En el estudio, los científicos se centraron en pacientes con glioblastoma, una forma de cáncer cerebral que casi siempre es mortal, los investigadores extrajeron médula ósea de los pacientes y aislaron las células madre.
Posteriormente utilizaron un virus para «infectar» a las células con un gen que es capaz de protegerlas de los efectos tóxicos de la quimioterapia, después trasplantaron nuevamente estas células madre modificadas en el paciente.
La media de supervivencia de los pacientes con glioblastoma, sin el nuevo trasplante, es de poco más de 12 meses, uno de los pacientes continúa vivo 34 meses después de recibir el trasplante, el glioblastoma sigue siendo uno de los tipos de cáncer más devastadores, con una supervivencia promedio de sólo 12 a 15 meseso.
Los científicos creen que esta estrategia también podría eventualmente beneficiar a pacientes cuya médula ósea resulta afectada debido a otros trastornos, o para pacientes con VIH o SIDA en los cuales el trasplante podría incrementar el número de células resistentes al virus.