La atención plena provocada por la meditación consciente puede tener éxito para ayudar en varias condiciones, como la depresión, el dolor, al trabajar como una especie de «control de volumen» de sensaciones, de acuerdo con una revisión de estudios realizado por la Dra. Catherine Kerr, profesora de medicina de familia y directora de neurociencia traslacional para la Iniciativa de Estudios en la Universidad Brown, en Rhode Island EUA.
Los investigadores proponen que la meditación mindfulness (meditación consciente) funciona al permitir que una persona tenga un mejor control sobre el procesamiento cerebral del dolor y las emociones.
Específicamente, los investigadores postulan que la meditación consciente desempeña un papel en el control de los ritmos alfa corticales, que se ha demostrado en estudios de imágenes cerebrales para desempeñar un papel importante entre lo que siente nuestro cuerpo y en lo que la mente presta atención.
El estudio es el primero en proponer un mecanismo neurofisiológico subyacente que vincula directamente la práctica real de la meditación consciente de la respiración y las sensaciones del cuerpo para el tipo de beneficios cognitivos y emocionales que le confiere la atención.
Investigaciones anteriores demostraron que la meditación consciente puede tener un efecto positivo en el cerebro mediante el aumento de la densidad de la materia gris en la amígdala cerebral, que es una región del cerebro conocida por su papel en el estrés. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Frontiers in Human Neuroscience.
La meditación mindfulness (meditación consciente), particularmente un tipo llamado integral de cuerpo y mente, está relacionada con un aumento de las conexiones de señalización del cerebro (llamada densidad axonal), así como el tejido protector que rodea axones del cerebro.