Cómo conservar los alimentos correctamente

Conservar los alimentos a una temperatura adecuada y en envases en buen estado es esencial para la seguridad de los alimentos en casa

 Prolongar la vida útil de vegetales, frutas y otros ingredientes perecederos es más fácil de lo que parece, basta con seguir ciertas recomendaciones y poner orden dentro del refrigerador.
Lo primero es evitar al máximo la contaminación cruzada o transferencia de agentes contaminantes de una superficie sucia a una limpia, lo que se logra con orden y con el empacado adecuado de los alimentos.

Aunque no existe un orden preciso en cuanto al acomodo, hay que procurar situar los productos listos para consumir en áreas superiores; vegetales, frutas y carnes crudas van en la parte inferior. Es importantísimo guardar todo tapado, ya sea en recipientes o bolsas herméticas, incluso cubriendo con plástico de cocina, para evitar malos olores o contaminación cruzada.

Los alimentos cocidos deben perfectamente fríos antes de meterse al refrigerador. Los vegetales cocidos, como el brócoli, deben dejarse secar antes de introducirse en bolsas o contenedores herméticos, ya que el agua condensada acelera su descomposición.

Las frutas, verduras y hierbas se mantienen en buenas condiciones fuera de bolsas o contenedores, directamente en cajones o repisas, si se guardan en bolsas es muy importante agujerearlas para permitir la entrada de aire, de lo contrario tienden a descomponerse más rápido.

Las hierbas frescas, se almacenan muy bien si van envueltas en hojas de papel absorbente de cocina o estraza.
Las frutas enteras pueden dejarse en refrigeración al natural, mientras que las piezas ya cortadas deben cubrirse con plástico para protegerlas de otros aromas.
Aunque el refrigerador se cuenta como el mejor aliado para conservar alimentos perecederos, es fundamental saber que las bajas temperaturas sólo mantienen a los microorganismos inactivos.

La vida útil de carnes, vegetales y otros refrigerados de forma casera no supera más de tres semanas en promedio.

 Consejos útiles para congelar y descongelar debidamente los alimentos:
Nunca congeles de forma casera frutas ni verduras, ya que pierden sus propiedades vitamínicas y de sabor.

Congela carnes, pescados, quesos y panes en recipientes herméticos para evitar daños por frío.

Los líquidos deben congelarse en contenedores llenos a tres cuartas partes para evitar derrames.

Todos los productos deben descongelarse en refrigeración mínimo 24 horas antes de su uso.

 A continuación detallamos el orden ideal de almacenamiento en el refrigerador, de arriba haca abajo:

1. Carnes cocidas, guisos, panes, cremas dulces y otros alimentos listos para comer.

2. Quesos frescos, maduros, crema, yogur y todo tipo de productos lácteos.

3. Salchichas, jamones cocidos y otras carnes frías, ya sean para cocer o listas para consumir.

4. Hortalizas y hierbas frescas.

5. Frutas enteras, porcionadas y vegetales.

6. Pollo, pescado, cerdo, res y todo tipo de carnes crudas.

En la puerta: Productos de uso constante, como aderezos, salsas y conservas, en los compartimentos indicados deben guardarse mantequilla, huevos y productos delicados. En cuanto a refrescos, jugos, vinos, leche y demás envases con líquidos, es importante limpiar perfectamente botellas y contenedores para evitar la contaminación cruzada.

 Los alimentos cocinados: Enfriar y dejar secar perfectamente para evitar la formación de burbujas de agua una vez guardados, verter en contenedores y cubrir con tapa o plástico de cocina.

Quesos frescos: Retirar de sus empaques originales, escurrir excedentes de líquido y envolver con plástico de cocina. Guardar en contenedores con tapa o bolsas herméticas.
Embutidos y carnes frías: Secar excedentes de humedad, envolver en plástico de cocina conservando la forma original, almacenar en bolsas herméticas o contenedores con tapa.
Vegetales y frutas: Lavar, desinfectar y secar perfectamente. Guardar en contenedores descubiertos o en bolsas herméticas con agujeros para permitir la entrada de aire.
Hierbas frescas: Lavar, desinfectar y secar perfectamente. Envolver en papel absorbente de cocina o estraza, dejando una parte descubierta para permitir la entrada de aire.
Carnes crudas: Escurrir perfectamente, las piezas que no se utilicen de inmediato deben envolverse con plástico de cocina. Guardar en contenedores de cristal o plástico con tapa. Para reducir el riesgo de contraer enfermedades, mantén la temperatura a 4.5°C o menos.