La dieta mediterránea, rica en vegetales, frutas, nueces, legumbres, pescado y cereales, reducida en lácteos, carne y grasa, con alcohol moderado, es benéfica para el cerebro.
Un nuevo estudio demostró que los hábitos similares a los de la dieta mediterránea están asociados con una reducción del riesgo de sufrir deterioro cognitivo leve, una etapa de transición entre la función cognitiva normal y la demencia o Alzheimer,
Las personas que ya tenían una deficiencia cognitiva, pero (también presentaban) una alta adherencia a la dieta mediterránea, tenían menor riesgo de avanzar al Alzheimer.
El equipo dirigido por el Dr. Scarmeas, del Centro Médico de la Columbia University, usó los cuestionarios sobre frecuencia alimentaria para estimar el nivel de adherencia a la dieta mediterránea de 1.393 personas sin problemas cognitivos y de 482 con deficiencia cognitiva leve al inicio del estudio.
Según el artículo publicado en Archives of Neurology, 275 participantes con función cerebral normal desarrollaron una alteración cognitiva leve durante los 4,5 años de seguimiento.
A diferencia de los participantes que menos adherían a la dieta mediterránea, aquellos que más lo hacían tenían un 28 % menos riesgo de desarrollar deficiencia cognitiva leve. Los participantes con un nivel intermedio de adherencia a la dieta mediterránea tenían un 17 % menos riesgo.
En el grupo de participantes con deterioro cognitivo leve al inicio del estudio, 106 avanzaron a Alzheimer durante el seguimiento y una elevada adherencia a la dieta mediterránea estuvo asociada con un menor riesgo de esa transición.
Los participantes con la mayor adherencia a la dieta mediterránea tenían un 48 % menos riesgo, mientras que aquellos con una adherencia intermedia tenían un 45 % menos riesgo que quienes menos seguían los hábitos mediterráneos.
El equipo opina que se necesitan más estudios para confirmar el papel de éstos u otros factores alimentarios en la aparición del deterioro cognitivo y el Alzheimer.
Este no fue un ensayo clínico; fue sólo un estudio observacional. Por lo tanto, no podemos decir que la dieta mediterránea es útil para las enfermedades neurológicas, como el deterioro cognitivo leve, destacó el Dr, Scarmeas.
La dieta mediterránea, explicaron los autores, mejoraría los niveles de colesterol, de azúcar en sangre y la salud arterial, o reduciría la inflamación, todos factores asociados con el deterioro cognitivo leve.
Los componentes de los alimentos que forman parte de esa dieta también influirían sobre la función cerebral. Se han identificado, por ejemplo, efectos beneficiosos en el alcohol, el pescado, los ácidos grasos poliinsaturados (en el deterioro cognitivo asociado con la edad) y de la reducción de los niveles de ácidos grasos saturados en el tratamiento del deterioro cognitivo leve o su avance al Alzheimer.
FUENTE: Archives of Neurology