El cáncer de páncreas es una de las neoplasias de mayor incidencia, pues es la 4ta causa de muerte por cáncer, el páncreas es una glándula con dos funciones principales, producir jugos que ayudan a descomponer los alimentos, así como generar dos hormonas, la Insulina y el Glucina, que ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre.
El cáncer de páncreas es un padecimiento difícil de detectar, pues rara vez presenta síntomas, y cuando ocurre es porque la enfermedad ya se diseminó a otros órganos.
En muchas ocasiones los síntomas se confunden con los de otros padecimientos, y es que entre estos signos, se encuentran la coloración amarillenta de piel y ojos, que puede atribuirse a problemas hepáticos, así como pérdida de peso y apetito, fatiga extrema y dolor en abdomen y espalda.
Se desconocen las causas del cáncer de páncreas, se consideran como factor de riesgo los siguientes hábitos o características: Tabaquismo, diabetes, enfermedades genéticas como la pancreatitis hereditaria y el cáncer de colon, edad superior a los 45 años, obesidad, historial familiar con esta enfermedad
El páncreas se localiza detrás del estómago y es poco visible, en muchas ocasiones es difícil detectar cualquier tumor o anormalidad. Por ello el diagnóstico se basa en un historial clínico completo, así como estudios por imágenes como Tomografía computarizada, Ultrasonido y Resonancia Magnética, a fin de determinar con certeza la presencia de la enfermedad. Esta se confirma finalmente mediante una Biopsia por Aspiración con Aguja Fina, que no requiere de cirugía.
El cáncer de páncreas es un padecimiento que puede controlarse cuando se le detecta en las etapas tempranas. De lo contrario, existen pocas expectativas para el paciente y los especialistas solo pueden dar cuidados paliativos.
El tratamiento depende del avance de la enfermedad y puede ser quirúrgico, ya sea para extirpar el tumor por completo, o de tipo paliativo, es decir, cuando ya se diseminó se recurre a este procedimiento únicamente con el objetivo de aliviar los síntomas o para prevenir las complicaciones. El tratamiento también puede incluir radioterapia o quimioterapia.
Actualmente existen nuevos fármacos que están diseñados especialmente para actuar en contra de las partes específicas de las células cancerosas, lo que permite alcanzar mejores resultados y con menos efectos secundarios.