El organismo regulador de los medicamentos de Brasil prohibió la venta de tres productos adelgazantes que tienen anfetaminas como principio activo.
La dirección de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) aprobó una resolución que prohíbe la comercialización de medicamentos a base de anfepramona, femproporex y mazindol, que son inhibidores del apetito que contienen anfetaminas y son recomendados desde hace casi tres décadas para tratar la obesidad. La medida había sido impulsada el presidente de la Anvisa, Dirceu Barbano, quien señalaba que la baja eficacia de los productos no compensa los riesgos que representan para la salud de los consumidores. La anfetamina es un agente sintético, es un potente estimulante del sistema nervioso central.
La anfetamina ha sido utilizada como agente para mejorar el rendimiento, tanto físico (inaugurando el dóping deportivo), como intelectual (dóping cognitivo). La venta indiscriminada del producto, unida al desconocimiento público respecto de sus peligros potenciales y a la ausencia de un buen sistema de fármacovigilancia, desencadenó fenómenos de abuso y adicción. En 1971 la anfetamina fue sometida a control internacional en el marco de la Convención Internacional de Psicotrópicos.
Como droga recreativa, la anfetamina, más conocida popularmente como speed o anfeta, es utilizada para pasar largas noches sin dormir, apareciendo en forma de polvo, fácilmente obtenible, que es inhalado. Los efectos van desde euforia, vista borrosa y energía no habitual a sudoración, vómitos y ataques de ansiedad. Los consumidores pueden pasar varios días consecutivos sin dormir, con el consecuente cansancio psíquico que lleva a veces a crisis de paranoia y ansiedad. La anfetamina produce un síndrome denominado psicosis anfetamínica, parecido a la psicosis cocaínica o a la esquizofrenia paranoide.