La terminología ha cambiado, lo que anteriormente se conocía y la mayoría nos referimos aún por flora bacteriana intestinal, se denomina actualmente microbiota y sus características tienen que ver no solo con nuestro nivel de higiene, sino con el fenotipo que nos caracteriza.
La doctora Ana Teresa Abreu, gastroenteróloga, revela que “hay un estudio muy interesante que se hizo en Italia, por el Dr. Di Filippo, donde él buscó en niños africanos comparándolos con niños italianos, la población de bacterias que tenían. El Dr. Di Filippo encontró que los niños africanos comían más fibras, más cereales; mientras que los niños italianos comían más proteínas de origen animal y más carbohidratos simples y lo que se vio es que la población de bacterias era distinta, por ejemplo los niños africanos tuvieron más bacteroidetes, mientras que los niños italianos tenían más firmicutes y tendían por ejemplo más a la obesidad”.
Los firmicutes son un tipo de bacterias que proliferan cuando la persona ingiere gran cantidad de grasas de origen animal y azúcares y abundan en el intestino de las personas con sobrepeso y obesidad. Otro grupo de microorganismos llamados bacteroidetes, crecen en los intestinos de las personas que suelen alimentarse de vegetales y cereales ricos en fibra, así como proteínas con bajo contenido de grasa animal. Firmicutes y bacteroidetes funcionan de manera distinta en el cuerpo.
La Dra. Abreu explica que los firmicutes lo que hacen es: extraen toda la energía que les da un alimento, pero la mandan a reserva, por eso es que se va a tejido graso y se queda en el metabolismo hepático, no se emplea, en cambio el bacteroidete extrae la energía del alimento y la usa, esa es la diferencia entre tener obesidad y ser delgados. Dicho de otra manera, los firmicutes nos engordan, mientras que los bacteroidetes nos adelgazan.
Pero además de favorecer el almacenamiento de grasa, los firmicutes, grandes enemigos de las figuras esbeltas, ejercen un efecto a nivel del sistema nervioso central.
La Dra. Abreu comenta que a nivel del cerebro los firmicutes inducen hiperfagia, dan a la persona compulsión por comer, y en el momento en que empezamos a comer más carbohidratos por ejemplo, seguimos comiendo más carbohidratos como un fenómeno adictivo, porque nuestro cerebro actúa a nivel de una sustancia que se llama leptina e induce más a la ingesta de alimentos.
Estudios experimentales que modifican la microbiota intestinal de firmicutes por bacteroidetes, muestran que las personas con este cambio de flora bajan de peso sin mayor esfuerzo.
De ahí que para conservar la línea, además de tener actividad física, incluyamos vegetales y pescado en nuestra alimentación cotidiana para incrementar nuestra población de bacteroidetes y dejar morir de hambre a los firmicutes.
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