Los expertos señalan que un poco de planificación puede ayudar a que los padres se aseguren de que sus hijos coman bien y hagan suficiente ejercicio durante el verano.
Los padres pueden buscar un compromiso mínimo de sus hijos para hacer una hora de actividad física al día, sugiere la Dra. Stephanie Wallace, profesora asistente de pediatría de la Universidad de Alabama en Birmingham.
Genere una expectativa para hacer algo en la casa, por ejemplo tareas, fije algunas metas y recompensas para los niños más pequeños. Llévelos a jugar al baloncesto con sus amigos, y anímeles a hacerlo.
Los padres deben tener presente que los niños activos necesitan mantenerse hidratados con agua, bebidas azucaradas no calóricas.
El verano es también una buena época para que los padres refuercen los hábitos saludables de sus hijos. Una de las claves es tener alimentos sanos en la casa, como frutas, verduras, ensaladas, barras de granola, pero tampoco prive a los niños de comer otras cosas, afirma Beth Kitchin, profesora asistente de ciencias de la nutrición en la Universidad de Alabama en Birmingham.
Incluya a los niños en la elección de los alimentos. Llévelos al supermercado. Muéstreles las opciones saludables y déjeles elegir.
Los autores señalaron que esperan que la intervención de los padres ayude a prevenir que más niños sean obesos o tengan sobrepeso. La mala alimentación y la falta de actividad física han llevado a que la obesidad entre los niños estadounidenses se haya triplicado en los últimos 30 años, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU.
Fuente: HealthDay