La epilepsia es hasta tres veces más frecuente en países de medianos y bajos ingresos que en el mundo en desarrollo, afirma el Dr. Héctor García, del Instituto de Ciencias Neurológicas en Lima, Perú.
Se calcula que 85% de los pacientes con epilepsia viven en países en desarrollo, y más de 60% de quienes padecen la enfermedad en esos países no reciben el tratamiento apropiado, la epilepsia, dicen los científicos de la organización Wellcome Trust, debe ser considerada una prioridad de salud pública.
La epilepsia es un trastorno que causa alteraciones en la actividad eléctrica del cerebro generando convulsiones recurrentes y episodios breves de alteración de la conciencia, aunque no es una enfermedad mental, puede desarrollarse después de una lesión o daños en el cerebro.
No hay cifras precisas sobre la incidencia de la enfermedad en los países de bajos y medianos ingresos pero se calcula que 85% del número global de pacientes están en estas regiones del mundo. En general, los países en desarrollo parecen tener entre dos y tres veces la carga de epilepsia que se encuentra en Europa y Norteamérica. Se han intentado llevar a cabo estudios epidemiológicos sobre la epilepsia en los países de bajos y medianos ingresos, la tarea no ha sido fácil.
El investigador García, junto con el profesor Charles Newton de la Universidad de Oxford, llevaron a cabo una revisión de los estudios publicados sobre epilepsia en países de bajos y medianos ingresos para tratar de obtener un panorama sobre la carga de la enfermedad en estas regiones.
Las actitudes han cambiado muy poco, a pesar de los esfuerzos de instituciones como la Liga Internacional de Lucha Contra la Epilepsia y la OMS, en las regiones rurales hay muy poco conocimiento, mucho estigma, e insuficiente capacidad de manejo adecuado.
La conclusión, dicen, es que el alto número de casos de la enfermedad en estas zonas es resultado de la alta incidencia de factores de riesgo como lesiones en la cabeza, complicaciones durante el parto e infecciones parasitarias, principalmente oncocercosis y neurocisticercosis.
A pesar de que los tratamientos pueden ser fácilmente accesibles, muchos pacientes no son diagnosticados ni tratados, efectivamente, 60% o más de la población no se trata o no se trata adecuadamente, esto muchas veces es por falta de acceso a la medicación pero no siempre. Algunos inician tratamiento y lo abandonan antes de tiempo, otros lo toman irregularmente.
Los antiepilépticos de primera línea no son caros, y pueden ser facilmente manejados en centros de salud de nivel primario, proveer medicamentos antiepilépticos gratuitamente a traves de los sistemas de salud es una inversión que algunos países ya han adoptado, mucha gente con epilepsia o sus familias ni siquiera saben que tienen una enfermedad que puede controlarse con tratamientos.
Desafortunadamente, hay una enorme falta de expertos, neurólogos y psiquiatras, en estas regiones del mundo.