Una dieta rica en agentes antioxidantes, sustancias capaces de absorber los oxidantes evitando que se lastimen los tejidos, puede ayudar a prevenir el daño celular, brindando a quien la consume una apariencia más juvenil, tanto en piel, como en cabello y mucosas (que no pierden su flexibilidad ni capacidad de retener agua en su interior).
Además un dieta rica en antioxidantes porporciona una mejor resistencia a agentes infecciosos de todo tipo, desde los comunes como los que ocasionan gripe, conjuntivitis y diarrea, hasta los más complejos. Además ingerir antioxidantes permite una mucho más rápida y mejor recuperación de las infecciones contraídas.
Una dieta rica en antioxidantes, también contribuye a la prevención de varios tipos de cáncer.
Agentes antioxidantes hay muchos e incluyen algunas vitaminas, como la C o ácido ascórbico, la A, Retinol y la E, Tocoferoles, algunos minerales o nutrimentos inorgánicos, como el selenio, el magnesio, y el zinc. También son antioxidantes los pigmentos naturales de las frutas y verduras como el amarillo-anaranjado caroteno, el rojo licopeno o el blanco amarillo-claro antoxantina. Otros compuestos típicos de los vegetales como los taninos, los poli fenoles y los flavonoides son también sustancias antioxidantes.
Pero no todos los antioxidantes tienen la misma efectividad. Se han elaborado algunos métodos de análisis para determinar la capacidad antioxidante de distintas sustancias naturales. El principal entre estos métodos se llama escala ORAC. Y en esa escala destaca el poder antioxidante de las antocianinas, los colorantes rojo/azules de las frutas y verduras moradas.
Y se ha encontrado que los arándanos, en particular, tienen un gran poder antioxidante… Y es que estas deliciosas frutas no sólo son ricas en antocianinas (en realidad contienen una gran concentración de pro antocianidinas, más poderosas en su capacidad antioxidante que sus primas, las antocianinas), sino además son ricas en vitamina A (ofreciéndonos hasta 10 microgramos equivalentes por puño), en flavonoides y taninos, e incluso en poli fenoles.
Los arándanos tienen un comprobado efecto preventivo y curativo de infecciones en la boca, estómago y vías urinarias, ayudando a resolver y prevenir gingivitis e infecciones de las vías urinarias; además de proporcionar un efecto protector a la piel y el cabello.
Los antioxidantes presentes en el arándano han demostrado tener un efecto positivo en la salud cardiovascular ya que ayudan a prevenir la formación de placa de ateroma en las paredes arteriales y así contribuyen a prevenir infartos y embolias.
Basta un puño de arándanos deshidratados o un vaso de jugo de arándano al día para beneficiarse de su efectos en el cuidado de la salud.