Un nuevo estudio realizado por la Dra. Brett Kissela y su equipo de investigadores de la Universidad de Cincinnati en EUA, sugiere que la apoplejía se puede estar desplazando de una preocupación de salud de los pacientes ancianos a los pacientes de mediana edad.
Los investigadores realizaron un estudio para determinar las tendencias temporales, en la incidencia de accidentes cerebrovasculares (estratificados por edad), con datos de la región de Cincinnati/Kentucky del Norte, que incluye una población calculada de 1,3 millones.
Para realizar el estudio se calcularon las incidencias específicas por edad, raza y género, asumiendo que las diferencias en la distribución por tendencias de edades a través del tiempo fueron analizadas utilizando un método de modelo mixto, con funciones de enlace correspondientes.
Los resultados mostraron que la edad media de la apoplejía disminuyó significativamente, de 71,2 años a 69,2 años en 2005. La proporción de todos los accidentes cerebrovasculares en menores de 55 años aumentó del 12,9% al 18,6% en 2005. Las tasas de incidencia de accidente cerebrovascular en los 20-54 años de edad fueron significativamente superiores.
Las razones de las tendencias de la incidencia no estaban claras, pero los investigadores sugirieron que era posible que la tendencia hacia la apoplejía más joven estuviera relacionada con cambios en factor de riesgo de prevalencia. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Neurology.
La prevalencia de factores de riesgo de accidente cerebrovascular, como hipertensión, diabetes, enfermedades del corazón, y fumar son elevados en la población actual más joven con apoplejía, en comparación con la encuesta de población.
Esto es de gran importancia en la salud pública debido a que los accidentes cerebrovasculares en los pacientes más jóvenes tienen el potencial de una mayor carga de discapacidad y porque algunos factores contribuyentes potenciales, identificados para esta tendencia, son modificables.
Los factores de riesgo de accidente cerebrovascular incluyen la presión arterial alta, el tabaquismo o la exposición al humo de tabaco, el colesterol alto, la diabetes, la obesidad, la inactividad física, la apnea obstructiva del sueño, la enfermedad cardiovascular, el uso de píldoras anticonceptivas o terapias hormonales que incluyen estrógeno, alcoholismo moderado o alto y el uso de drogas ilícitas como la cocaína y las metanfetaminas. Otros factores de riesgo incluyen antecedentes personales o familiares de apoplejía, ataque al corazón o un ataque isquémico transitorio, tener más de 55 años, y el género (los hombres tienen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular que las mujeres).