Los Aneurismas cerebrales son un ensanchamiento o abombamiento que se presenta en la pared de los vasos sanguíneos del cerebro.
Cuando surgen, generan presión en el tejido cerebral y al romperse y derramar sangre, agudizan esa presión.
Los aneurismas cerebrales son más comunes entre los adultos, en especial entre los 30 y los 60 años de edad. Se estima que alrededor del 8% de la población llega a padecerlos. Entre el 20 y el 25% de los enfermos mueren antes de llegar a un hospital. Cuando ejercen presión sobre el tejido cerebral pueden generarse síntomas como visión doble, pérdida de visión o dolor de cabeza, ojos o cuello.
Cuando se rompe el aneurisma los signos se agudizan, generando dolor extremo de cabeza o con náuseas y vómito, convulsiones, pérdida de visión entumecimiento en distintas zonas del cuerpo, debilidad muscular, confusión, letargo o sopor, problemas del habla e irritabilidad.
Los aneurismas pueden tener las siguientes causas.
Algunos aneurismas se deben a anormalidades congénitas en las paredes de los vasos. Pero también por lesiones en el cráneo, hipertensión arterial, ateroesclerosis y por tumores. Entre los factores de riesgo destacan el tabaquismo, y el abuso de drogas como la cocaína, que inflama los vasos sanguíneos.
Asimismo existen enfermedades que puede predisponer a sufrir aneurismas, como las malformaciones arteriovenosas y el riñón poliquístico.
Una manera sencilla de diagnosticar este problema es mediante un examen ocular, ya que el aumento en la presión cerebral se refleja en una inflamación del nervio óptico o con sangrado dentro de la retina. El resultado se confirma mediante una tomografía computarizada, para determinar con rapidez la existencia de un aneurisma, así como su localización, y se complementa con un análisis de líquido cefalorraquídeo, para determinar si ha sangrado. En caso de comprobarse, se realiza la angiografía intracerebral, en la que se utiliza un colorante para marcar las arterias del cerebro, permitiendo ubicar con exactitud el sitio y el tamaño de un neurisma. En caso de convulsiones, los médicos recomiendan realizan un electroencefalograma para detectar su causa.
De no atenderse con rapidez, los aneurismas que sangran ocasionan presión sobre el tejido cerebral y generan graves daños como parálisis o pérdida de sensibilidad en alguna zona del cuerpo, cambios en la visión, pérdida del habla o deterioro cognitivo.
Los aneurismas deben ser tratados de inmediato en los servicios de emergencia hospitalarios ya que generalmente son descubiertos cuando ya inició el sangrado.
El tratamiento principal es la cirugía a fin de cortar el flujo sanguíneo al aneurisma mediante grapas o suturas. Otra opción es cerrar el segmento de la arteria afectada y realizar un by pass. Otro método de tratamiento contra los aneurismas es la embolización endovascular en la que se colocan espirales removibles o balones de látex dentro del aneurisma a fin de rellenarlo y con ello impedir que afecte la circulación.