El alcohol, las bebidas energéticas y el sexo casual son una combinación común en la universidad, según el estudio encabezado por la Dra. Kathleen E. Miller, del Instituto de Investigación sobre Adicciones de la Universidad de Buffalo en EUA.
Los estudiantes universitarios de EUA, que consumen bebidas energéticas con cafeína mezcladas con alcohol son más propensos a tener sexo casual, que con frecuencia es sexo arriesgado, bebidas como Red Bull con vodka, y las Jagerbombs (bebidas energéticas mezcladas con un trago de Jagermeister), están entre las bebidas mezcladas más vendidas en bares y clubes que sirven a jóvenes universitarios.
El estudio aparece en la revista Journal of Caffeine Research, incluyó a 650 estudiantes de una universidad pública. Tenían entre 18 y 40 años de edad, más del 60% eran menores de 21 años.
Los investigadores hallaron que más del 29% de los participantes sexualmente activos dijeron que habían consumido alcohol mezclado con bebidas energéticas en el mes anterior.
Durante su encuentro sexual más reciente, alrededor del 45% de los participantes tuvieron una pareja casual, 25% estaban borrachos, y 44% dijeron que no usaron un condón, quienes reportaron beber alcohol mezclado con bebidas energéticas eran más propensos a tener sexo casual y/o a estar borrachos durante su encuentro sexual más reciente.
Los hallazgos sugieren que las mezclas de alcohol y bebidas energéticas pueden tener un rol en la «cultura del ligue» que existe en muchos campus universitarios, tener relaciones sexuales casuales o tener sexo mientras se está borracho puede llevar a problemas como embarazos no buscados, enfermedades de transmisión sexual, violaciones sexuales y depresión. Investigaciones anteriores han relacionado a las bebidas energéticas con conductas peligrosas como conducir bajo el efecto del alcohol, los atracones de bebida y los pleitos.
Las bebidas energéticas mezcladas con alcohol tienen unos efectos de anticipación mayores que el alcohol solo, en otras palabras, aumentan el deseo de otra bebida, y se termina bebiendo más en total.
Fuente: University at Buffalo