En una encuesta realizada en Estados Unidos, uno de cada 16 alumnos de octavo grado dijo que había participado en el «juego de la asfixia», en el que se aplica presión en el cuello con una toalla o un cinturón hasta cortar la respiración y luego se libera la presión para producir una excitación similar a la que causan las drogas.
El resultado del sondeo, efectuado en Oregon, EUA, coincide con estudios previos realizados en otros países, comenta el Dr. Thomas Andrew, Jefe de Medicina Forense de New Hampshire.
Lo más preocupante de esos estudios es que en ese grupo de jóvenes hay un subgrupo adicto a la sensación que provoca el juego y lo repite regularmente.
Dos tercios de los estudiantes de Oregon que habían jugado, lo habían hecho más de una vez y más de un cuarto había jugado por lo menos cinco veces.
Los niños que repiten el juego dejarían de hacerlo en grupo y comenzarían a practicarlo solos con una ligadura. Y ese es el mayor riesgo. Además del riesgo de asfixia, el experto confirma que el juego puede causar convulsiones y daño al cerebro y observó niños con lesiones cerebrales fatales que ocurren cuando la cabeza golpea contra el piso después de padecer la falta de oxígeno.
El equipo entrevistó a más de 5.000 alumnos de octavo grado. Los chicos que eran sexualmente activos, los que consumían drogas y los que bebían alcohol eran más propensos que el resto a haber participado en juego de la asfixia, también conocido como Knock Out, Space Monkey o Flatlining.
Varones y mujeres eran igualmente propensos a haber participado. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EUA (CDC por su sigla en inglés) hallaron 82 noticias publicadas sobre niños que habían muerto el 2007 por el juego, pero esa cifra sería menor que la real, según escribe el equipo en la revista Pediatrics.
Este juego no es nuevo, pero su difusión a través de internet es alarmante, cualquiera que haya visto en YouTube cómo los niños lo juegan en la actualidad, pensaría que es lo más divertido que ha vivido.
Para el equipo, lo más importante es que padres y adultos que trabajan con niños y adolescentes sin tener miedo de conversar sobre el juego de la asfixia y sus riesgos. En octavo grado, los alumnos lo conocen.
Fuente: Pediatrics