Muchas personas piensan que la acidez y el reflujo ácido son un problema molesto y doloroso, pero en última instancia inocuo, un resultado de la indulgencia excesiva y la glotonería que hay que aguantar.
Pero los ataques frecuentes de acidez y reflujo constituyen una afección médica real conocida como enfermedad del reflujo gastroesofágico o ERGE, y está en aumento.
La prevalencia general ha aumentado en las últimas décadas, asegura el Dr. Ronnie Fass, miembro del comité asesor médico de la Fundación Internacional para los Trastornos Gastrointestinales Funcionales (International Foundation for Functional Gastrointestinal Disorders), de la Universidad de Arizona y jefe de gastroenterología del Sistema de Atención de Salud del Sur de Arizona en EUA.
Si no se trata, el reflujo gastroesofágico puede causar sangrado o úlceras del esófago, una acumulación de tejido que provoca que deglutir sea difícil y, en casos extremos, al cáncer del esófago, según los Institutos Nacionales de Salud de EUA.
Las personas creen que la acidez forma parte de la experiencia de comer, deben comprender que la presencia de acidez denota un problema médico real.
El reflujo o la acidez frecuentes aparentemente son algo que ocurre regularment, hasta el 20 % de la población experimentan síntomas una vez por semana, y 7 % tienen síntomas diarios.
La acidez y el reflujo ácido ocurren cuando los ácidos digestivos del estómago traspasan un anillo muscular conocido como esfínter esofágico inferior, que funciona como una válvula que separa el estómago del esófago. Las personas experimentan acidez cuando los jugos digestivos corroen el recubrimiento del esófago. A veces, el ácido regresa por todo el esófago hasta la boca, provocando que las personas sientan el sabor de los jugos digestivos o de la comida en la parte trasera de la boca.
Cualquier persona de cualquier edad puede sufrir relujo gastroesofágico, aunque los síntomas tienden a ser distintos en los niños menores de 12 años, que tienen síntomas parecidos al asma, una tos seca o dificultades para tragar.
El factor más constante es el aumento de peso y la obesidad, el exceso de peso puede presionar al estómago, obligando al ácido a pasar de la válvula al esófago, el problema no solo es la grasa abdominal evidente en las personas obesas o con sobrepeso. Se trata más bien de la acumulación de grasa alrededor de los órganos internos del cuerpo, que contribuye al aumentar la presión sobre el estómago, haciendo que haya muchas más probabilidades de reflujo.
Comer comida grasa también puede contribuir al reflujo porque las grasas ralentizan el vaciado del estómago. Los alimentos ácidos, picantes o con sabores fuertes también pueden contribuir al reflujo al aumentar la cantidad de ácido en el estómago, las frutas cítricas o sus jugos, los tomates, la menta, el ajo, la cebolla y el chocolate están entre los peores.Los siguientes consejos pueden ayudar a reducir las osibilidades de padecer reflujo:
•Realizar un esfuerzo decidido por perder peso mediante el ejercicio y la adopción de una dieta sana.
•Ver qué alimentos tienen más probabilidades de provocar ácido excesivo o reflujo, y evitarlos.
•Comer la última comida del día dos o tres horas antes de irse a dormir, reduciendo así la cantidad de comida en el estómago que presiona contra la válvula esofágica.
•Elevar la cabecera de la cama, si el reflujo nocturno es un problema, ya que esto puede reducir la presión del ácido y los contenidos estomacales sobre la válvula.
Si tiene síntomas frecuentes de acidez, más de una vez por semana, y lo ha tenido por muchos años, debe ver al médico.
Fuente: American College of Gastroenterology