Un capítulo de la serie documental China Salvaje muestra a dos hombres en medio de la selva. Uno de ellos sostiene en alto una rama con un saltamontes ensartado en la punta. De pronto, un avispón se posa sobre el saltamontes y se pone a mordisquearlo. Entonces el hombre baja lentamente la rama hasta apoyarla en el suelo.
El segundo hombre tiene en la mano un hilo con un plumón blanco en un extremo y un lazo con un nudo corredizo en el otro. Con mucho cuidado, pasa el lazo alrededor de la cintura del avispón y ajusta el nudo corredizo.
Al rato, el avispón levanta vuelo y se aleja entre las copas de los árboles. Los hombres lo siguen, abriéndose paso entre la vegetación. Apenas distinguen al insecto, pero ven con claridad el plumón blanco que cuelga de su cintura. De esta manera, el avispón conduce a sus perseguidores hasta el avispero que cuelga de la rama de un árbol.
Cuando llegan al lugar, uno de los hombres enciende una antorcha y la acerca al avispero. Alterados por el humo, los avispones se alejan. Antes de que vuelvan, el hombre sujeta el avispero y lo rompe, dejando al descubierto un montón de larvas blancas y regordetas. Sentados en el suelo, entre risas, los dos hombres comen las larvas con evidente placer. La voz en off del relator dice que los habitantes de esa región de China consideran un manjar estas larvas engordadas.
A lo largo de la historia, los miembros de la realeza también disfrutaron el sabor de los insectos. Al emperador Moctezuma le gustaba desayunar los huevos frescos de cierta chinche acuática.
Los insectos más consumidos son los escarabajos y el grupo de las hormigas, abejas y avispas. El tercer lugar lo ocupa el grupo de los saltamontes, langostas, cucarachas y grillos, seguido de cerca por las mariposas y polillas. Con menor frecuencia, también van a parar a la olla distintas especies de termitas, chinches, moscas y libélulas.
Las langostas y termitas, fritas, hervidas o tostadas, son muy populares en muchos países africanos. La República de Zaire produce 280 toneladas anuales de orugas secas para consumo humano.
En el noreste de la India, 40.000 familias viven del cultivo de ricino y la cría de polillas. De las semillas del ricino extraen un aceite que tiene aplicaciones medicinales e industriales.
En EUA, una empresa californiana fabrica paletas que contienen grillos enteros. Las golosinas son traslúcidas, de modo que se puede distinguir claramente las siluetas de los insectos. Vienen con sabor a naranja, uva, fresa o arándano, y se pueden comprar en forma individual o en cajas de 36 unidades. La misma empresa produce obleas de chocolate decoradas con hormigas. Estos artículos están aprobados por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), agencia que regula los productos destinados a la salud y la alimentación humanas.
Los expertos que estudian el tema opinan que los insectos podrían ser en el futuro una importante fuente de proteínas para los seres humanos (en algunas partes del mundo ya lo son). También se contempla la posibilidad de usarlos como alimento para gallinas y peces.
La cría masiva de insectos tiene varias ventajas sobre la ganadería y la agricultura. Requiere menos espacio y no necesita fertilizantes ni plaguicidas, cuyo mal uso está causando tantos problemas en el mundo. Además, hay insectos que transforman su alimento en proteínas con más eficiencia que una vaca o un cerdo.