Steve Jobs sufrió de un tumor neuroendocrino pancreático, que representa sólo el 4% de los 42.000 casos de cáncer pancreático diagnosticados cada año en Estados Unidos, y generalmente es más curable que los otros tipos más comunes de cáncer de páncreas.
Los tumores neuroendocrinos, se presentan en las células productoras de hormonas del páncreas. Por lo general crecen de forma más lenta, permitiendo a los pacientes a vivir por lo menos dos o tres años. Jobs ha sido objeto de un tratamiento agresivo para el cáncer que le aqueja, el cual reconoció que padecía por primera vez en 2004. Jobs fue sometido a una cirugía para tratar el cáncer original, y en el 2009 fue sometido a un trasplante de hígado. Esto podría sugerir que el tumor original se había extendido al hígado, a pesar de la cirugía previa para extirparlo. Los trasplantes de hígado en ocasiones controlan la enfermedad exitosamente, pero es una posibilidad muy remota.
No está claro para los científicos el origen de los tumores neuroendocrinos. Se están analizando maneras de detectar la enfermedad antes, cuando esta podría ser más curable, estudiando a las familias en las que varias personas han desarrollado el cáncer. Los investigadores también están buscando los genes que pueden estar involucrados en el desarrollo de la enfermedad. En enero de este año, científicos de la Universidad de Johns Hopkins University en Baltimore, anunciaron que habían descifrado el código genético, o genoma, de los tumores neuroendocrinos. Estos hallazgos esperan conducir a mejores tratamientos.
Los tipos más comunes de cáncer de páncreas están vinculados con el tabaquismo y la obesidad, y, posiblemente, a una dieta abundante de carne roja y grasa. Las personas en mayor riesgo son los hombres, los afroamericanos, las personas mayores de 50 años, diabéticos y aquellos con antecedentes familiares de cáncer de páncreas. La inflamación crónica del páncreas y la exposición a ciertas sustancias químicas también pueden causar la enfermedad.