Su caso es realmente atípico: son apenas 15 casos como éste los que hay descritos en la literatura mundial.
Luego de estudiarla, un equipo multidisciplinario del Hospital Clínico de la Universidad de Chile pudo controlar el mal que aquejaba a la niña.
Tras dos semanas internada, los médicos acordaron someterla a un tratamiento psicológico y farmacológico a base de neurolépticos, que se prescriben para los tics.
La causa de los estornudos constantes aún no es clara, explica el Dr. Carlos Silva, neurólogo del hospital a cargo del caso. Primero descartaron las hipótesis más probables: infecciones, alergias e incluso epilepsia.
Sus padres acudieron al hospital preocupados, luego detectaron que se trataba de «un tic vocal muy raro», con raíces emocionales. El sonido era idéntico al de un estornudo.
Los tics son movimientos repetitivos y estereotipados, y son un problema mixto donde influyen factores de ansiedad, características de personalidad y alteraciones de ciertos circuitos neuronales. Son factores orgánicos y emocionales, de ahí que sea clave y fundamental el tratamiento y acompañamiento psicológico, aún hay que escarbar en los motivos psicológicos de la rara condición de la niña.
Me siento más aliviada, estoy contenta porque ya no hay estornudos. No me duele el cuello, ni la cabeza ni el estómago, dijo Ayleen, quien se encuentra hospitalizada.
La niña ya no estornuda, sino que emite una especie de carraspera cada dos o tres minutos, explicaron los médicos.
En los próximos días será dada de alta y podrá así comenzar una nueva vida en su natal Curicó, 200 kilómetros al sur de Santiago de Chile.