De acuerdo con un nuevo estudio las líneas de expresión en la cara no solo tienen repercusiones cosméticas. Podrían ser un signo de baja densidad ósea, una medida de cuanto calcio y otros minerales clave tiene en los huesos.
Un estudio realizado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, que incluyó a más de 100 mujeres justo después de la menopausia, encontró que aquellas que tenían más arrugas en su cara y su cuello eran más propensas a tener una baja densidad ósea con un mayor riesgo de padecer fracturas.
La Dra. Lubna Pal, profesor en el Departamento de Ginecología, Obstetricia y Medicina Reproductiva y autor principal del estudio, reveló que los datos sostienen la hipótesis de que las propiedades físicas de la piel nos pueden dar una idea de lo que ocurre con el esqueleto. Dijo que en cada lugar del esqueleto que miraron, las arrugas reflejaban una baja densidad ósea.
La Dra. Pal explica que no se trata de que las arrugas en la piel provoquen una baja densidad ósea, simplemente demostró la asociación existente entre ambas condiciones y afirma que habrá que realizar investigaciones más profundas para confirmar los resultados de este estudio.
No se trata de que las mujeres que tienen líneas de expresión muy marcadas entren en pánico de que vana a sufrir una fractura ósea pronto, pero es una oportunidad para hacer una análisis introspectivo sobre el estilo de vida que están llevando, sobretodo cuando las arrugas están desproporcionadas con respecto a la edad de la mujer.
En estos casos se recomienda mejorar la calidad de vida con una alimentación balanceada, haciendo ejercicio y dejando de fumar.
Nada se puede hacer para evitar el envejecimiento, pero lo que si está a nuestro alcance es lograr este proceso de una manera más saludable y el examen de las arrugas es una manera no invasiva de evaluar ciertos factores de riesgo en una persona.