El Autismo es un trastorno del desarrollo que aparece en los primeros 3 años de la vida y afecta el desarrollo cerebral normal de las habilidades sociales y de comunicación.
El autismo es un trastorno físico ligado a una biología y química anormales en el cerebro, cuyas causas exactas se desconocen, pero ésta constituye un área de investigación muy activa. Probablemente haya una combinación de factores que llevan al autismo.
Los factores genéticos parecen ser importantes. Por ejemplo, es mucho más probable que los gemelos idénticos tengan ambos autismo en comparación con los gemelos fraternos (mellizos) o con los hermanos. De manera similar, las anomalías del lenguaje son más comunes en familiares de niños autistas e igualmente las anomalías cromosómicas y otros problemas del sistema nervioso (neurológicos) también son más comunes en las familias con autismo.
Se ha sospechado de muchas otras causas posibles, pero no se han comprobado. Éstas implican: Dieta, cambios en el tubo digestivo, intoxicación con mercurio, incapacidad del cuerpo para utilizar apropiadamente las vitaminas y los minerales, sensibilidad a vacunas.
Algunas personas creen que la pequeña cantidad de mercurio (llamada timerosal) que es un conservante común en vacunas multidosis causa autismo o trastorno de hiperactividad con déficit de atención. Sin embargo, los estudios no han mostrado que este riesgo sea cierto.
La Academia Estadounidense de Pediatría y El Instituto de Medicina, están de acuerdo en que ninguna vacuna o componente de alguna vacuna sea responsables del número de niños que actualmente están siendo diagnosticados con autismo. Ellos concluyen que los beneficios de las vacunas superan a los riesgos.
Todas las vacunas rutinarias de la niñez están disponibles en formas de una sola dosis que no contienen mercurio agregado.
El número exacto de niños con autismo se desconoce, un informe emitido por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos sugiere que el autismo y los trastornos conexos son más comunes de lo que anteriormente se pensaba, aunque no está claro si esto se debe a una tasa creciente de la enfermedad o a un aumento de la capacidad para diagnosticarla.
El autismo afecta a los niños con una frecuencia 3 ó 4 veces mayor que a las niñas y factores como el ingreso familiar, la educación y el estilo de vida no parecen afectar el riesgo de padecerlo.
Algunos médicos creen que el aumento de la incidencia de autismo se debe a las nuevas definiciones de la enfermedad. El término «autismo» en la actualidad incluye un espectro más amplio de niños. Por ejemplo, a un niño que se le diagnostica autismo altamente funcional en la actualidad pudo haber sido considerado simplemente raro o extraño hace 30 años.
Otros trastornos generalizados del desarrollo abarcan:
- Síndrome de Asperger (similar al autismo, pero con desarrollo normal del lenguaje)
- Síndrome de Rett (muy diferente del autismo y sólo ocurre en las mujeres)
- Trastorno desintegrativo infantil (afección poco común por la que un niño aprende destrezas y luego las pierde hacia la edad de 10 años)
- Trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera (PDD-NOS, por sus siglas en inglés), también llamado autismo atípico
La mayoría de los padres de niños autistas empiezan a sospechar que algo no está bien cuando el niño tiene 18 meses y buscan ayuda hacia los 2 años de edad. Los niños con autismo se caracterizan por presentar dificultades en: Juegos actuados, interacciones sociales, comunicación verbal y no verbal.
Algunos niños con autismo parecen normales antes de 1 ó 2 años de edad y luego presentan una «regresión» súbita y pierden las habilidades del lenguaje o sociales que habían adquirido con anterioridad. Esto se denomina tipo regresivo de autismo.
Las personas con autismo pueden: Ser extremadamente sensibles en cuanto a la vista, el oído, el tacto, el olfato o el gusto (por ejemplo, puede negarse a vestir ropa «picante» y se angustian si se los obliga a usar estas ropas), experimentar angustia inusual cuando se le cambian las rutinas, efectuar movimientos corporales repetitivos, mostrar apegos inusuales a objetos
Los síntomas pueden variar de moderados a severos.
Los problemas de comunicación pueden abarcar: Es incapaz de iniciar o mantener una conversación social, se comunica con gestos en vez de palabras, desarrolla el lenguaje lentamente o no lo desarrolla en absoluto, no ajusta la mirada para observar objetos que otros están mirando, no se refiere a sí mismo correctamente (por ejemplo, dice «usted quiere agua», cuando en realidad quiere decir «Yo quiero agua»), no señala para dirigir la atención de otros hacia objetos (ocurre en los primeros 14 meses de vida), repite palabras o memoriza pasajes, utiliza rimas sin sentido
Interacción social: Tiene dificultad para hacer amigos, no participa en juegos interactivos, es retraído, puede no responder al contacto visual o a las sonrisas o puede evitar el contacto visual, puede tratar a otros como si fueran objetos, prefiere pasar el tiempo solo y no con otros, muestra falta de empatía
Respuesta a la información sensorial: No se sobresalta ante los ruidos fuertes, presenta aumento o disminución en los sentidos de la visión, oído, tacto, olfato o gusto, los ruidos normales le pueden parecer dolorosos y se lleva las manos a los oídos, puede evitar el contacto físico porque es muy estimulante o abrumador, frota superficies, se lleva objetos a la boca y los lame, parece tener un aumento o disminución en la respuesta al dolor
En lo referente al juego: No imita las acciones de otras personas, prefiere el juego ritualista o solitario, muestra poco juego imaginativo o actuado
En su comportamiento: «Se expresa» con ataques de cólera intensos, se dedica a un solo tema o tarea (perseverancia), tiene un período de atención breve, tiene intereses muy restringidos, es hiperactivo o demasiado pasivo, muestra agresión a otras personas o a sí mismo, muestra gran necesidad por la monotonía, utiliza movimientos corporales repetitivos
Se debe practicar un examen rutinario para la evaluación del desarrollo en todos los niños en las consultas con el pediatra y es posible que se necesiten exámenes adicionales si existe alguna preocupación por parte del médico o de los padres. Esto es particularmente cierto cuando el niño no alcanza cualquiera de las siguientes habilidades en el desarrollo del lenguaje: Balbucear hacia los 12 meses, hacer gestos (por ejemplo señalar, decir adiós con la mano) hacia los 12 meses, decir palabras aisladas hacia los 16 meses, decir frases espontáneas de dos palabras hacia los 24 meses (no sólo la repetición de lo que oye), perder cualquier habilidad social o del lenguaje a cualquier edad
A estos niños se les podría practicar una evaluación auditiva, un examen de plomo en la sangre y un examen para autismo como la Lista de Comprobación para Autismo en Niños que Empiezan a Caminar (Checklist for Autism in Toddlers) o el Cuestionario de Detección de Autismo (Autism Screening Questionaire).
Por lo general, es necesario que un médico con experiencia en el diagnóstico y tratamiento del autismo ralice el diagnóstico real. Dado que no existe ninguna prueba biológica para el diagnóstico del autismo, éste con frecuencia se basa en criterios muy específicos de un libro llamado Manual Estadístico y Diagnóstico IV (Diagnosticand Statistical Manual IV).
Una evaluación diagnóstica del autismo incluirá con frecuencia un examen físico y del sistema nervioso (neurológico) completo, así como la utilización de instrumentos de detección, tales como:
- Entrevista diagnóstica para el Autismo revisada (ADI-R: Autism Diagnostic Interview – Revised )
- Programa de Observación Diagnóstica del Autismo (Autism Diagnostic Observation Schedule)
- Escala de Valoración del Autismo en la Niñez (CARS:Childhood Autism Rating Scale)
- Escala de Valoración del Autismo de Gilliam (Gilliam Autism Rating Scale)
- Prueba de Evaluación de los Trastornos Generalizados del Desarrollo – Fase 3 (Pervasive Developmental Disorders Screening Test-Stage 3)
Por lo regular, se realizan pruebas genéticas (que buscan alteraciones cromosómicas) y posiblemente también pruebas metabólicas a los niños de los que se sospecha padecen autismo o ya se comprobó que lo sufren.
Dado que el autismo abarca un espectro de síntomas tan amplio, una observación breve y única no puede predecir las verdaderas habilidades de un niño. Por lo tanto, sería ideal que un equipo de distintos especialistas evaluara al niño. El equipo puede evaluar: La comunicación, el lenguaje, las destrezas motoras, el rendimiento escolar, las habilidades cognitivas
En ocasiones , los padres son renuentes a que se diagnostique la enfermedad de un niño porque les preocupa que lo estigmaticen. Sin embargo, sin un diagnóstico, el niño puede no recibir el tratamiento y los servicios que necesita.
La intervención temprana, apropiada e intensiva mejora en gran medida el resultado final de la mayoría de los niños pequeños con autismo. La mayoría de los programas se basan en los intereses del niño en un programa de actividades constructivas altamente estructurado. Las ayudas visuales con frecuencia son útiles.
El tratamiento es más exitoso cuando apunta hacia las necesidades particulares del niño. Un especialista o un equipo con experiencia deben diseñar el programa individualizado para el niño. Se dispone de varias terapias efectivas, como: Análisis del comportamiento aplicado (ABA, por sus siglas en inglés), medicamentos, terapia ocupacional, fisioterapia, terapia del lenguaje y del habla
Igualmente, la integración sensorial y la terapia de la visión son comunes, pero hay pocas investigaciones que apoyen su efectividad. El mejor plan de tratamiento puede utilizar una combinación de técnicas.
Los programas de ABA por lo regular se realizan en la casa del niño, bajo la supervisión de un psicólogo del comportamiento, estos programas pueden ser muy costosos y no han sido adoptados ampliamente por los sistemas escolares, los padres a menudo deben buscar fondos y conseguir personal a partir de otros recursos, lo cual puede ser difícil de encontrar en muchas comunidades.
Otro programa, denominado Tratamiento y Educación de los Niños Autistas y con Impedimentos Relacionados con la Comunicación ( Treatmentand Education of Autistic and Related Communication Handicapped Children,TEACCH ). Este programa utiliza un esquema de figuras y otras indicaciones visuales. Esto permite al niño trabajar en forma independiente, al igual que organizar y estructurar sus ambientes.
Aunque TEACCH trata de mejorar la adaptación y las destrezas del niño, también acepta los problemas asociados con los trastornos del espectro autista. A diferencia de los programas de ABA, los programas de TEACCH no esperan que los niños logren un desarrollo típico con el tratamiento.
Con frecuencia, se utilizan medicamentos para tratar problemas de comportamiento o problemas emocionales que la gente con autismo pueda tener, como: Agresión, ansiedad, problemas de atención, compulsiones extremas que el niño no puede parar, hiperactividad, impulsividad, irritabilidad, cambios en el estado anímico, explosiones de ira o cólera, dificultad para dormir, rabietas.
Actualmente, sólo la risperidona está aprobada para el tratamiento de niños de edades entre 5 y 16 años que presenten irritabilidad y agresión con el autismo. Otros medicamentos que se pueden usar son: Divalproex sódico y otros estabilizadores del estado de ánimo, y posiblemente estimulantes como metilfenidato. No existe ningún medicamento que trate el problema subyacente del autismo.
Algunos niños con autismo parecen responder a una dieta libre de gluten o caseína, el gluten se encuentra en alimentos que contienen trigo, centeno y cebada; mientras que la caseína se encuentra en la leche, el queso y otros productos lácteos. Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo en que los cambios en la dieta harán la diferencia y no todos los estudios de este método han mostrado resultados positivos.
Si la persona está pensando en estos o en otros cambios en la dieta, es bueno hablar con un médico especializado en el aparato digestivo (gastroenterólogo) y con un dietista certificado. La persona debe asegurarse de que su hijo esté aún recibiendo las calorías y nutrientes suficientes, al igual que una dieta balanceada.
Se debe estar atento porque hay tratamientos ampliamente publicitados que no tienen soporte científico y a menudo hay informes de «curas milagrosas» que no cumplen con las expectativas cuando se prueban. Si su hijo tiene autismo, puede servir el hecho de hablar con otros padres de niños autistas, hablar con especialistas en el autismo. Esté al tanto del progreso de las investigaciones en el área, la cual se está desarrollando rápidamente.
El autismo sigue siendo una condición de reto para los individuos y sus familias, pero el pronóstico en la actualidad es mucho mejor de lo que era hace una generación. En esa época, la mayoría de las personas autistas eran ingresadas en instituciones de salud mental.
En la actualidad, con la terapia adecuada, muchos de los síntomas del autismo se pueden mejorar, aunque la mayoría de las personas tendrán algunos síntomas durante todas sus vidas. La mayoría de las personas con autismo son capaces de vivir con sus familias o en la comunidad.
El pronóstico depende de la severidad del autismo y del nivel de terapia que la persona recibe.
El autismo puede asociarse con otros trastornos que afectan el cerebro, como: Síndrome del cromosoma X frágil, retardo mental, esclerosis tuberosa.
Algunas personas afectadas por el autismo desarrollarán convulsiones.
El estrés de hacerle frente al autismo puede también llevar al desarrollo de complicaciones sociales y emocionales para la familia y las personas a cargo, al igual que para la misma persona con autismo.
Por lo regular, los padres sospechan la presencia de un problema de desarrollo mucho antes de que se haga el diagnóstico. Consulte con el médico en caso de haber inquietudes con relación al autismo o si cree que su hijo no se está desarrollando normalmente.
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El autismo puede asociarse con otros trastornos que afectan el cerebro, como:
Algunas personas afectadas por esta enfermedad desarrollarán convulsiones.
El estrés de hacerle frente al autismo puede también llevar al desarrollo de complicaciones sociales y emocionales para la familia y las personas a cargo, al igual que para la misma persona con autismo.
Cuándo contactar a un profesional médico
Por lo regular, los padres sospechan la presencia de un problema de desarrollo mucho antes de que se haga el diagnóstico. Consulte con el médico en caso de haber inquietudes con relación al autismo o si cree que su hijo no se está desarrollando normalmente.
Nombres alternativos
Autismo: trastorno generalizado del desarrollo