Las úlceras son lesiones de la mucosa del estómago o el duodeno, (la primera parte del intestino delgado) ocasionadas por el ácido gástrico que secreta el estómago a fin de facilitar la digestión.
Se les llama úlceras pépticas tanto a las que se generan en el estómago (gástricas) como en el intestino delgado (duodenal).
Los síntomas pueden variar de una persona a otra, los más comunes son: Eructos o sensación de acidez, vómitos, poco apetito, pérdida de peso, sensación de cansancio y debilidad, sangre en las heces, dolor en el pecho.
Entre las principales causas que permiten la afectación de la mucosa gástrica se encuentra la bacteria denominada Helicobacter Pylori, el uso frecuentes de medicamentos como la aspirina o los antiinflamatorios no esteroides.
Para diagnosticar las úlceras, los métodos más comunes son la Endoscopía, que permite observar el estómago y el duodeno a través de una cámara, al tiempo que permite la toma de muestras del tejido (biopsia), el análisis de heces y de tejido del estómago, a fin de detectar la presencia del Helicobacter Pylori.
De no atenderse, las úlceras pépticas pueden ocasionar graves consecuencias como sangrados internos, obstrucción intestinal e incluso la perforación del intestino.
El tratamiento es combinado, cuando de trata del Helicobacter Pylori, se recomienda el uso de antibióticos o si es causada por el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos se recomienda suspender su uso. También es común la administración de fármacos denominados “bomba de protones” que reducen la producción de ácido gástrico, se recomiendan medicamentos especializados para proteger la mucosa gastrica y llevar una dieta que evite los alimentos irritantes, como el café, el te, chocolate y refrescos de cola, salsas picantes y fumar tabaco.
En caso de presentarse una perforación por úlcera, el tratamiento es quirúrgico.