La carrera por la información genética ha dado un giro inesperado que marca un hito en la medicina. La Corte Suprema de EUA, respondió una simple pregunta ¿se pueden patentar los genes humanos? Y con la respuesta negativa ha hecho temblar a la industria de la biotecnología y farmaceútica.
Hasta este jueves, Myriad Genetics, un gigante de la industria de la biotecnología había sido el único laboratorio con derecho universal sobre los genes y las mutaciones de los BRCA 1 y 2 -responsables de aumentar exponencialmente los riesgos de cáncer de mama y ovario hereditario.
La American Civil Liberties Union (ACLU), una organización de derechos civiles, fue quien decidió liderar la batalla de la que ahora ha salido victoriosa. La agrupación que representó a laboratorios, doctores y pacientes encendió el debate en 2009 sobre si se debería permitir a las compañías patentar algo que sólo habían descubierto, pero que estaba en la naturaleza.
Los altos magistrados de EUA invalidaron automáticamente las patentes de Myriad, además de imposibilitar a otras empresas que tienen patentes del 40% de los genes humanos descubiertos en ese país, e iniciar acciones legales contra cualquier científico que desee usar un gen aislado.
La abogada Sandra Park quien representa a American Civil Liberties Union, comenta que ellos ya no tienen el poder para aplicar sus derechos sobre las patentes, debido a que este caso ha creado un precedente.
Para quienes introdujeron la demanda, patentar un gen sería como patentar un elemento de la tabla periódica, para que los genes puedan tener un uso científico o médico, deben ser aislados. Hasta ahora, si un científico quería estudiar un gen patentado, debía pagar a la empresa por ello.
Este aislamiento es básico, porque así es como retiran el gen del resto del genoma para examinarlo, explica la abogada Park, como la Cia. Myriad tenía la patente de toda forma de aislamiento, tenía el derecho de controlar todo tipo de trabajo científico en este gen. En las pocas ocasiones que Myriad ha permitido a otro laboratorio usar los genes BRCA 1y 2, ésta se quedaba con la información clínica de las pruebas.
El laboratorio también disfrutaba de los derechos de la relación entre el gen y una mutación.
Con esta decisión, la Corte Suprema parece proponer que el uso de la información de la secuencia del genoma no puede ser impugnada por las patentes, esto debe ser suficiente para salvaguardar el libre acceso a las pruebas clínicas genéticas de los BRCA1 y BRCA2.
Buena parte del sector biotecnológico tiene patentes de cDNA con la posibilidad de crear terapias genéticas, en otras palabras, este compuesto no sólo es usado para leer la información, sino que también se puede intentar crear proteínas para tratamientos de enfermedades.
Un segmento de ADN de origen natural es un producto de la naturaleza y no es patentable por el simple hecho de ser aislado. Pero un cDNA tiene derecho de patente, ya que no es de origen natural, dice la sentencia de la Corte.
La carrera por desarrollar terapias genéticas es cruenta y hasta ahora su modelo se basaba en tener las patentes de los genes y sus mutaciones responsables de enfermedades porque así llevaban la ventaja.
Ahora, los laboratorios tendrán que compartir la información, estima la abogada Park, pues Myriad tiene cientos de miles de pacientes y que según ella se ha negado a liberar y compartir con la comunidad científica.