Una bacteria que vive en el estómago fue utilizada para revertir la obesidad y la diabetes tipo 2, el estudio dirigido por el Dr. Patrice Cani de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, demostró que un caldo de una especie de bacteria logró alterar dramáticamente la obesidad en ratones.
Se cree que esta sopa cambia las paredes del estómago y la forma en que se absorbe la comida, el equipo del Dr. Cani aclara que el siguiente paso es realizar pruebas en seres humanos para determinar si la misma bacteria puede ser usada para restar kilos.
El cuerpo humano está lleno de bacterias, estos pequeños organismos superan las células humanas en diez a una, cada vez hay más evidencia de que esta colección de bacterias o microbioma afecta la salud. Varios estudios han mostrado las diferencias en la cantidad y tipos de bacterias que hay en los estómagos de personas obesas y delgadas, y se ha demostrado cómo los balones gástricos (para tratar la obesidad) cambian el balance de las bacterias en el estómago.
El Dr. Cani y su equipo de investigadores se concentraron en un especie de bacteria, la Akkermansia muciniphila, que normalmente representa entre el 3% y el 5% de las bacterias gástricas, pero sus niveles caen con el sobre peso.
Para el estudio a los ratones con una dieta rica en grasas, dos o tres veces más que los animales delgados, se les alimentó con la bacteria, si bien los ratones continuaron siendo más grandes que sus pares delgados, perdieron cerca de la mitad de su peso extra, a pesar de no haber hecho ningún otro cambio en la dieta.
También registraron niveles más bajos de resistencia a la insulina, un síntoma clave de la diabetes tipo 2. Esta es la primera demostración de que hay una relación directa entre una especie específica (de bacteria) y la mejora del metabolismo.
Al suministrar esta bacteria, también aumentó el grosor de la mucosidad de las paredes del estómago, lo que evitó que algunos materiales pasaran a la sangre, también cambió las señales químicas provenientes del sistema digestivo, lo que provocó cambios en la forma en que la grasa es procesada en todas partes del cuerpo.
Es probable que la investigación sirva para entender exactamente lo que pasa en el estómago, lo que podrá permitir diseñar dietas hechas a la medida de quienes intentan perder peso. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Science.