Con el lema “ Las cooperativas agrícolas alimentan al mundo”, el 16 de octubre del 2012 se celebra el Día Mundial de la Alimentación.
De acuerdo con Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, más de 2 millones y medio de niños mueren cada año a causa de la desnutrición y cerca de 870 millones de personas se encuentran subnutridas. En México la UNICEF revela que entre los niños de 5 a 14 años, la desnutrición crónica es del 7.25% en zonas urbanas y se duplica en áreas rurales. A pesar de estas dolorosas cifras, nuestro país ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y aunque las causas sean múltiples, la escasa actividad física y la alimentación inapropiada, son los principales factores. Pero ¿en que consiste una alimentación saludable?
León Hamui, investigador nutricional explica que sí es importante la cantidad pero es más importante la calidad, comenta que lleva muchos años la tabla nutricional diciendo sí hay que comer de las 3 familias de alimento en cada comida: proteínas, grasas y carbohidratos.
La clave radica en escoger los alimentos con el mayor contenido nutricional y menor índice glucémico, o sea el grado en que se elevan los niveles de azúcar en la sangre después de consumir un determinado carbohidrato, y grasas no saturadas.
León Hamui afirma que es muy importante consumir grasas buenas como el aceite de olivo o el aguacate, así como grasas buenas el salmón, que contiene ácidos grasos Omega 3.
Este tipo de grasa aumenta los niveles de lipoproteínas de alta densidad o “colesterol bueno” en la sangre, que ayudan a proteger contra las enfermedades cardiovasculares… Otro elemento clave en una alimentación saludable es el tiempo que permanecemos sin ingerir alimento. León Hamui afirma que hay que comer cada 3 horas, cada 4 horas, dejar 3 horas entre cada comida o entre cada colación por lo cual recomienda comer de 5 a 6 veces diarias.
De esta manera se logra que el metabolismo se encuentre en actividad y quemando calorías… Además se recomienda incluir en la dieta alimentos que tengan un alto contenido de fibra, de tal forma que el organismo gaste más energía en digerirlo que las calorías que contiene el propio alimento, como por ejemplo los tallos de apio.