¿Qué es el rotavirus?
El rotavirus produce una infección intestinal (o gastroenteritis) que es la causa más común de diarrea severa en niños, especialmente entre los 6 meses y 5 años de vida.
En los casos más graves, la deshidratación generada puede llegar a ser mortal.
Los adultos también pueden infectarse, aunque la enfermedad tiende a ser leve.
Este virus es muy contagioso, por lo que cualquier niño puede contagiarse.
¿Cómo se transmite?: El rotavirus puede sobrevivir durante varias horas en las manos, y durante días en superficies sólidas como mesas, pasamanos, utensilios, etc. La principal vía de contagio es la fecal-oral, por lo que se puede contagiar:
De persona a persona: Esto ocurre cuando una persona sana toca partículas de materia fecal de una persona infectada con el virus, y sin darse cuenta las introduce en su boca (por ejemplo, por no lavarse las manos adecuadamente).
La persona que padece la enfermedad mantiene su poder infeccioso en la materia fecal durante una semana.
Por consumo de agua o alimentos contaminados con el virus.Contacto con superficies en las que perdura el virus (un pañal, un juguete, ropa de cama, etc).
¿Cuáles son sus síntomas?: Básicamente, se manifiesta como una gastroenteritis de 3 a 8 días de duración, con:
– Vómitos explosivos.
– Diarrea acuosa a repetición (hasta 20 deposiciones por día).
– Fiebre.
– Dolor abdominal.
El mayor peligro es la deshidratación, la que puede llegar a provocar la muerte, en especial en los bebés y niños pequeños. Por eso, ante la presencia de estos síntomas es importante acudir al médico rápidamente.
Si el niño no tolera el tratamiento de hidratación oral (por vómitos) puede ser internado para recibir hidratación por vía endovenosa.
¿Cómo se puede prevenir?: Tomar medidas de cuidado e higiene ambiental que incluyan todos los utensilios y también los alimentos:
– Lavarse las manos con agua y jabón, en especial después de ir al baño y/o cambiar pañales, y antes de comer.
– Consumir agua segura. Si no hay seguridad de que el agua sea potable, es preciso hervirla o potabilizarla con dos gotas de cloro por cada litro de agua.
– Mantener la lactancia materna durante el primer año de vida de los bebés, ya que disminuye el riesgo de contagio de esta infección en un 50%.
Frente a cuadros de gastroenteritis (diarrea y/o vómitos) se recomienda aumentar la frecuencia de la lactancia (leche materna) en el caso de los bebés, y brindar permanentemente agua a los niños más grandes, a fin de evitar la deshidratación, antes y después de realizar la consulta con el médico.
También ofrecerles una alimentación adicional y adecuada y/o recibir más leche materna al día, durante dos semanas como mínimo. Esto le ayudará a recuperar al niño la energía perdida como consecuencia de la afección.
También se recomienda que los niños con diarrea no asistan a la guardería o jardín maternal, a fin de evitar el contagio a otros niños.