El Hospital Infantil de México “Federico Gómez” reveló que los niveles bajos de adiponectina (una hormona producida exclusivamente por el tejido adiposo), causa resistencia de insulina en niños con obesidad, haciéndolos propensos a desarrollar diabetes tipo II.
Esta hormona antiinflamatoria participa en la regulación de la energía del organismo, reducE los triglíceridos y controla los niveles de azúcar en la sangre; explica el Dr.. Miguel Klünder Klünder, titular del proyecto; sin embargo, a medida que aumenta la masa corporal, reduce sus niveles de adiponectina.
La resistencia a la insulina es una vía común para que los niños presenten alteraciones metabólicas que los llevan a enfermedades que antes eran exclusivas de adultos, como la diabetes tipo dos o la hipertensión arterial.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud en México 33% de niños entre cinco y 11 años de edad padecen de sobrepeso u obesidad.
El especialista del Hospital Infantil de México “Federico Gómez” dijo que el estudio permitió demostrar que esta hormona puede servir como indicador para vincular la obesidad con alteraciones metabólicas.
La investigación se centró en examinar los niveles de adiponectina en niños con obesidad aparentemente sanos y descubrieron que tenían 20% menos en comparación con los niños que tienen un peso saludable.
En el caso de infantes obesos que además padecen de síndrome metabólico (obesidad abdominal, presión arterial alta, niveles bajos de colesterol, aumento de triglicéridos y azúcar en sangre) se encontró que sus niveles de adiponectina, llegan a un 40% menos que los niños con peso normal y 24% menos de los que padecen obesidad.
Subrayó que para evitar alteraciones metabólicas en los niños se necesita prevenir la obesidad, si bien hay estudios que demuestran que cuando un adulto baja de peso sus niveles de adiponectina vuelven a niveles normales, esto no ocurre en los pequeños.
La obesidad se debe en gran parte a la carga genética de los mexicanos que predispone el sobrepeso; sin embargo, factores como la falta de ejercicio y el consumo excesivo de azúcares y grasas contribuyen a este problema de salud pública.