El 10% de la mujeres infértiles presentan el síndrome del ovario poliquístico.
Aún no se sabe el origen del Síndrome del ovario poliquístico. la Dra. Leticia Morales Ledesma, especialista de la UNAM, alerta que el Síndrome de ovario poliquístico, está afectando a mujeres jóvenes, pero como la enfermedad no tiene síntomas se detecta hasta que acuden al médico porque tienen problemas para embarazarse.
Leticia Morales Ledesma, del Laboratorio de Biología de la Reproducción de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, alerta que el 10% de las mujeres infértiles presentan quistes foliculares, lo cual no es detectado porque no presenta una molestia en particular y porque el síndrome de ovario poliquístico es detectado hasta que la mujer acude al médico y se descubre que no ovula por la presencia de quistes a nivel ovárico.
Recientemente se han incrementado los casos de mujeres que presentan ovarios poliquísticos en todo el mundo. Al principio se pensaba que su incidencia era mayor pasados los 40 años, pero se sabe que ahora está apareciendo en etapas tempranas de la vida. Algunos estudios plantean que su incremento pudiera estar ligado al tipo de alimentación, el estrés, el uso indiscriminado de anticonceptivos, la obesidad y factores genéticos.
El síndrome del ovario poliquístico es una patología multifuncional en la cual se presentan diversos factores y las alternativas clínicas para las pacientes que lo padecen aún son muy reducidas. Aún no hay una evidencia contundente que indique por qué surgen los quistes y, aunque no se puede prevenir, sí es posible evitar los factores de riesgo, como la obesidad o la disminución en el consumo de alimentos que contengan altas cantidades de conservadores, como los embutidos o los productos enlatados.
La investigadora Morales Ledesma explica que un quiste es un folículo ovárico que se atrofia y en el cual no se observa el ovocito, que es la célula sexual de la mujer.
El síndrome de ovario poliquístico se inicia con la formación de unas estructuras conocidas como prequistes y después se forman los quistes, los cuales se caracterizan por presentar un menor número de capas de células de la granulosa, involucradas mayormente en la producción de estrógenos, y una hipertrofia de las células de la teca, presentes en el estroma del ovario y que producen hormonas como los andrógenos y progestágenos y, en menor cantidad, estrógenos.
La especialista advierte que el hecho de que una mujer tenga un periodo menstrual normal no significa que esté ovulando; tampoco son una señal de la presencia de quistes los fuertes dolores que algunas mujeres sienten durante su menstruación, incluso, no hay estudios contundentes que aprueben estas ideas.
Un indicador que se ha tomado como base para hablar de la presencia de quistes es el hirsutismo, es decir, la aparición excesiva de vello en algunas áreas del cuerpo. También la obesidad pudiera ser un referente, aunque cabe aclarar que no todas las mujeres que la presentan desarrollan Síndrome de ovario poliquístico, pero las que tienen el síndrome sí pueden presentar obesidad.
La investigadora señaló que un indicador externo de ovulación podría ser un ligero aumento en la temperatura corporal, lo cual implica que la mujer se la midiera diariamente para poder percibir ese aumento (que es de décimas de grado). El problema que se presenta es que el registro se tendría que tomar siempre bajo las mismas condiciones.
Se ha comprobado en las últimas décadas es que el Síndrome de ovario poliquístico es un síndrome con implicaciones genéticas. Primero, se realizaron estudios en ratas a las que se les inducía el síndrome y al seguir por generaciones a sus crías, se descubrió que éstas también lo desarrollaban. Actualmente, un grupo de investigadores trabaja con una población de mujeres en las que detectaron que la mamá y la hija presentaron Síndrome de ovario poliquístico, por lo que aparentemente estaría asociado con algunos genes que pueden desencadenarlo, aunque no están descritos todavía.