La hipotermia consiste en el descenso no intencional de la temperatura corporal por debajo de los 35 grados centígrados, medida a través de un termómetro.
Si hace mucho frío, la temperatura corporal desciende bruscamente: una caída de sólo 2ºC puede entorpecer el habla y el afectado comienza a manifestar somnolencia, si la temperatura desciende aún más, el afectado puede perder la consciencia e incluso llegar a morir.
Se considera hipotermia leve cuando la temperatura corporal se sitúa entre 33 y 35 grados centígrados, y va acompañada de temblores, confusión mental y torpeza de movimientos. Entre los 30 y 33 grados centígrados, se considera hipotermia moderada y a los síntomas anteriores se suman desorientación, estado de semi-inconsciencia y pérdida de la memoria. Por debajo de los 30 grados centígrados, se trata de una hipotermia grave, y se caracteriza por la pérdida de la conciencia, dilatación de pupilas, disminución de la frecuencia cardiaca, es decir, latidos muy débiles. En algunas intervenciones quirúrgicas, los cirujanos provocan una hipotermia artificial en el paciente, para que la actividad de los órganos sea más lenta y la demanda de oxígeno sea menor.
Pero la hipotermia, puede afectar por ejemplo a unos alpinistas perdidos en la montaña, personas que viven en la calle, o incluso niños que se encuentran de campamento, este padecimiento también se puede presentar en lugares o zonas de clima frío, donde no hay calefacción. Un bebé podría incluso presentar algún grado de hipotermia, si sale a la calle con sus padres y no se tiene el cuidado de abrigarlo correctamente.
Este es un síndrome grave con alta mortalidad, y es considerado como una urgencia médica que requiere tratamiento, generalmente en la Unidad de Cuidados Intensivos.
La hipotermia afecta principalmente a niños y adultos mayores, esto debido a que los menores de 10 años y los adultos mayores de 60, no se adaptan con facilidad a los cambios de temperatura.
En estos casos, debe tratar de restablecer lentamente la temperatura corporal, para evitar la formación de trombos o bien de un paro cardiaco.
Cómo auxiliar a la víctima de hipotermia: Llevarla un lugar resguardado del frío, quitar la ropa mojada y reemplazarla con ropa seca, colocar una manta abrigada, con cuidado para no lastimar, acercarla a una fuente de calor, o bien a otras personas, esto le proporcionará cierto calor, No se debe someter al afectado al calor directo, como chimeneas o estufas, hacerlo de manera brusca, puede tener repercusiones contrarias, como provocar convulsiones, si la víctima está consciente, dar bebidas y comida templada para recuperar poco a poco su temperatura normal
En caso de presentarse congelación:
La congelación inicia con un enrojecimiento de la piel y a medida que se va interrumpiendo la circulación, el color va cambiando a blanco o gris amarillento. La piel se torna dura, posteriormente aparecen ampollas, y termina adquiriendo un color azul o negro cuando el tejido se gangrena.
Recomendaciones: no se debe frotar la zona congelada, ni manipular las ampollas, hay que tratar de mantener caliente a la víctima mientras se busca ayuda médica de urgencia, retirar la ropa y accesorios que puedan comprometer la circulación, como cinturones, calzado, o relojes.
Recuerde, los primeros auxilios no deben reemplazar la valoración y el tratamiento de un médico. De ser posible, lo mejor es trasladar a la persona afectada por hipotermia a un hospital que cuente con toda la infraestructura necesaria para hacer frente a una situación de esta gravedad, es decir, la unidad médica debe tener en sus instalaciones un servicio de terapia intensiva.
En esta época invernal es conveniente tener especial cuidado con los niños y las personas de la tercera edad.