El Síndrome de las Piernas Inquietas

No se trata de una enfermedad grave, pero ocasiona terribles desasosiegos que disminuyen la calidad de vida del paciente.

Es un trastorno en el cual hay deseo o necesidad de mover las piernas para interrumpir sensaciones molestas. El síndrome de las piernas inquietas se presenta frecuentemente en personas de mediana edad y en adultos mayores. Esta afección empeora con el estrés y se desconoce se causa  en la mayoría de los casos.

  • Este síndrome puede ocurrir con mayor frecuencia en pacientes con: Neuropatía periférica, Enfermedad renal crónica, Enfermedad de Parkinson, embarazo, deficiencia de hierro, uso de ciertos medicamentos.

Una forma del Síndrome de la Piernas Inquietas puede transmitirse de padres a hijos y puede ser un factor cuando los síntomas comienzan a temprana edad, el gen anormal aún no ha sido identificado.

El síndrome de las piernas inquietas puede ocasionar una disminución en la calidad del sueño (insomnio). Esta falta de sueño puede llevar a somnolencia diurna, ansiedad o depresión y confusión o lentitud en los procesos de pensamiento.

Este síndrome lleva a sensaciones en la parte inferior de las piernas que le provocan a uno molestia a menos que mueva las piernas: Por lo regular ocurren en la noche cuando está acostado o algunas veces durante el día cuando se sienta por períodos prolongados, se pueden describir como de arrastre, gateo, dolor, tirón, ardor, hormigueo o borboteo, pueden durar una hora o más, algunas veces pueden ocurrir en la parte superior de las piernas, los pies o los brazos

La persona sentirá un deseo irresistible de caminar o mover las piernas que casi siempre alivia la molestia

La mayoría de los pacientes tienen movimientos rítmicos de las piernas durante las horas de sueño, llamados trastorno de movimiento periódico de las extremidades (PLMD, por sus siglas en inglés).

Todos estos síntomas a menudo interrumpen el sueño. Los síntomas algunas veces pueden dificultar el hecho de sentarse durante los viajes por aire o en automóvil o a lo largo de las clases o las reuniones, los síntomas pueden empeorar durante los períodos de estrés o con un trastorno emocional.

No hay ningún examen específico para diagnosticar el síndrome de las piernas inquietas. El médico por lo regular no encontrará ninguna anomalía, a menos que también se presente neuropatía periférica. Se pueden realizar exámenes de sangre (CSC y ferritina en suero) para descartar anemia ferropénica, que en raras ocasiones puede ocurrir con este síndrome.

No existe cura conocida para el síndrome de las piernas inquietas.

El tratamiento está orientado a reducir el estrés y ayudar a la relajación muscular. Las siguientes técnicas pueden ayudar: Baños calientes, ejercicios de estiramiento suave, masaje

Las dosis bajas de pramipexol o ropinirol  pueden ser muy efectivas para controlar los síntomas en algunas personas, los pacientes con deficiencia de hierro recibirán suplementos de este elemento.

Algunas veces, las dosis bajas de narcóticos pueden aliviar los síntomas del síndrome de las piernas inquietas.

Este síndrome no es peligroso ni potencialmente mortal y no es indicador de un trastorno serio; sin embargo, puede ser molesto y perturbar el sueño.

Las técnicas para estimular la relajación muscular y para disminuir el estrés pueden reducir la incidencia de este síndrome en personas propensas a esta afección.

También se le conoce como: Mioclonía nocturna,  SPI,  Acatisia

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