Cirugía estereotáctica funcional

Con el inicio de la práctica neuroquirúrgica se planteó la gran dificultad del abordaje de las estructuras profundas del cerebro

La cirugía estereotáctica funcional se practica desde hace más de 50 años y fue avalada tras una evaluación en EUA. Esta técnica quirúrgica coadyuva en aliviar males del sistema nervioso central, entre ellos los psiquiátricos, como la depresión, los trastornos obsesivo-compulsivo y bipolar, la ansiedad, la agresividad incontrolable, el dolor crónico e incluso los trastornos de la alimentación (anorexia y bulimia).
 Entre 20 y 30%  de los afectados por alguna enfermedad mental no se ven beneficiados con el uso de fármacos; sin embargo, existe la cirugía estereotáctica funcional, que los ayudaría a mejorar su calidad de vida.

En México pocos neurocirujanos cuentan con entrenamiento especializado en cirugía estereotáctica funcional y, de éstos, unos 10 han realizado el procedimiento para aliviar padecimientos mentales. Los neurocirujanos enfrentan la misma situación: los pacientes psiquiátricos no llegan a sus consultas porque no hay quien les diga de esa opción terapéutica.

En los hospitales públicos se realizan dos a tres procedimientos de este tipo por año, y no es por falta de capacidad, sino por la inexistencia de un sistema de referencia eficaz, que debería empezar con los psiquiatras, el primer contacto y a veces único de los enfermos con los servicios médicos.

Las opciones terapéuticas para el control de estos males y otros, como el dolor crónico y los trastornos alimentarios, son diversas e incluyen psicoterapia y medicamentos.

En la década de los 70 se planteó la posibilidad de alcanzar la cura con el uso de fármacos, pero ahora se sabe que no era posible. La mayoría de enfermos reporta mejoras sustanciales en el control de los síntomas, pero queda otro grupo, de 20 a 30%  del total, que por diversas razones no se ve beneficiado con esas terapias.

Esos casos con historia comprobada de terapias diversas sin éxito serían los candidatos a la cirugía estereotáctica funcional, recomendada primero por el psiquiatra y luego por un equipo multidisciplinario de médicos que debe evaluar al enfermo y su expediente. La cirugía estereotáctica funcional también se utiliza comúnmente para el control de enfermedades funcionales como la Enfermedad de Parkinson y la epilepsia.

En alguna época hubo dudas sobre su pertinencia, pero esto se resolvió favorablemente con el trabajo de una comisión de investigación biomédica en EUA.

Ese organismo verificó que la cirugía estereotáctica funcional es eficaz. Se siguió practicando y cobró auge con el advenimiento de los sistemas computarizados para estudios de tomografía, resonancia magnética y sistemas robóticos.

Se amplió la cantidad de aplicaciones y en la actualidad la operación también se utiliza para localizar enfermedades vasculares, malformaciones arteriovenosas, tumores cerebrales y lesiones quísticas, entre otras.

Para los trastornos psiquiátricos, lo más importante es que los afectados pueden reincorporarse a la sociedad, a sus trabajos y actividades normales, pues su mejoría es de 80% , algunos pacientes requerirán continuar con medicación con mejores resultados en su calidad de vida.

La Organización Mundial de la Salud señaló en 2000 que los países deben dar relevancia a la atención de los padecimientos mentales, pues en pocos años pueden representar la principal causa de discapacidad y de años de vida saludable perdidos.

En México, la Encuesta Nacional de Epidemiología Siquiátrica arrojó que 28.6%  de la población presenta un trastorno mental alguna vez en su vida; de ella, 14%  lo reportó en el último año y 5.8 en los 30 días previos a la entrevista. Los más frecuentes son la ansiedad, los trastornos por uso de sustancias y los afectivos, entre los cuales están la depresión y el trastorno afectivo bipolar.

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