En el núcleo de cada célula de nuestro cuerpo, contamos con 46 cromosomas, 23 de nuestra madre y 23 de nuestro padre. Un cromosoma es un segmento largo de ADN que contiene toda la información genética que hace que cada individuo sea único e irrepetible. Los extremos de los cromosomas, que no contienen información genética reciben el nombre de telómeros.
El doctor Horacio Astudillo, especialista en oncología molecular explica que cada vez que las células se dividen el telómero se acorta un poco de tal manera que a un cierto numero de divisiones se llega a lo que se llama un acortamiento crítico en donde la célula ya no se puede dividir y muere, por eso se le ha denominado a esta región el reloj biológico de la célula.
La longitud de los telómeros está regulada por una enzima llamada telomerasa y este hallazgo ha permitido a la ciencia médica explorar la posibilidad de alargar la vida de las células de manera indefinida.
El Dr. Astudillo revela que se ha demostrado, en cultivos celulares, que células normales, al incorporarles la acción catalítica de la enzima se logran inmortalizar y especifica que “de hecho hay modelos animales en los cuales la transgenicidad , con la sobre-actividad de ésta enzima, demuestra que pueden vivir mas tiempo”.
En México, el Dr. Astudillo y su equipo han investigado la acción de la telomerasa en las células tumorales del cáncer de mama, logrando predecir la conducta biológica del tumor. Un estudio que fue publicado y tuvo gran trascendencia a nivel internacional.
Además, el Dr. Asdtudillo comenta que en lo estudios oncológicos se ha demostrado que las porciones teloméricas en la célula tumoral, son inclusive más cortas que en una célula normal, lo cual representa el acortamiento crítico para que ya no se divida y sin embargo la célula tumoral se sigue dividiendo, dividiendo y dividiendo.
El principal reto para la ciencia será incorporar la telomerasa al sistema biológico del cuerpo humano y lograr que actúe solo sobre las extirpes celulares sanas, cuya vida se desea prolongar., de tal forma que solamente favorezca el mantenimiento de los epitelios , la vitalidad de los órganos y no sea un promotor de una lesión premaligna o precancerosa que la pueda llevar a un desarrollo tumoral.
Los telómeros y la telomerasa podrían ser clave para una vida más larga y de mejor calidad. Hoy por hoy, para preservar la longitud de nuestros telómeros, lo único que está a nuestro alcance es una vida saludable: hacer ejercicio, tener una diera balanceada y evitar, en la medida de lo posible, el estrés.
Pronto estará disponible en Europa un estudio de sangre para medir la longitud de los telómeros.