El plan de la empresa, anunciado como «Carta Nutricional» incluye reducir grasas, azúcares y contenido de sodio en los productos de sus marcas propias. Además de bajar los precios de verduras y frutas.
La medida adoptada por Walmart fue anunciada el jueves por la primera dama de ese país, Michelle Obama, como parte de la campaña del gobierno iniciada en febrero en contra de la obesidad infantil.
Esta Carta representa una gran victoria para la gente de todo el país. Es una victoria para los padres. Es una victoria para las familias. Pero, sobre todo, es una victoria para nuestros niños cometo la Sra. Obama en el acto, celebrado en Washington. Ante el movimiento de Walmart, se espera que otras grandes empresas alimenticias sigan sus pasos, sin embargo anuncios similares hechos por otras empresas en el pasado no se han traducido en medidas concretas.
La medida adoptada por Walmart es de gran relevancia: el volumen de venta de la cadena de supermercados -140 millones de visitas a la semana- podría cambiar no sólo los hábitos de los consumidores, sino también los de los productores de alimentos.
Y sigue a la decisión reciente de otras compañías de bajar la cantidad de sodio en sus productos, tanto por la demanda de los consumidores como por la vigilancia más intensa de los grupos de defensa de la salud. Sin embargo, los cambios en la mesa no serán inmediatos. Según el anuncio de la cadena, tendrán efecto para 2015 con una reducción del 25% en los niveles de sodio, del 10% en los azúcares añadidos, la eliminación de todas las grasas saturadas industriales, un logotipo que identifique los alimentos y una reducción de US$1.000 millón anual en el costo de frutas y verduras.
Ninguna familia debería tener que elegir entre la comida que es saludable y la que puede pagar, comenta Bill Simon, presidente y director ejecutivo de la división estadounidense de Wal-Mart.
Pero los expertos señalan que se debe ser cautelosos con este tipo de anuncios, porque de las buenas intenciones a los hechos hay un largo camino por recorrer.
Antes de 2003 podíamos encontrar grasas trans en la mayoría de los productos que consumíamos,
Sin embargo, un estudio publicado en enero pasado en American Journal of Health Promotion reveló que muchos alimentos que se venden actualmente y cuyo etiquetado los clasifica como ‘libres de grasas trans’ continenen una ‘cantidad significativa’ de estas peligrosas sustancias.
El Dr. Eric Brandt comenta que los resultados de esa investigación revelaron la existencia de «prácticas engañosas de etiquetado que pueden resultar en un consumo clínicamente significativo de peligrosas grasas trans, a pesar de lo que el consumidor lee en las etiquetas aprobadas por la FDA (Adminsitración de Alimentos y Fármacos). Y el investigador ha pedido a las autoridades que se revise el protocolo de etiquetado para evitar engañar al público sobre los alimentos que consume.
La iniciativa de la empresa tiene el absoluto respaldo gubernamental. El equipo de la primera dama ha trabajado durante un año con los grandes almacenes para desarrollar la campaña, que complementa a su apuesta por mejorar la alimentación infantil, «Let’s Move!». Una campaña que causá gran polémica, a pesar de que 68% de los adultos tienen sobrepeso, la mitad son obesos y 1 de cada 3 niños es obeso según los datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades.