El Dr. Adrian Martineau, profesor de infecciones respiratorias e inmunidad en la Queen Mary University de Londres y su equipo de investigadores, demostraron cómo y porqué la vitamina D, también llamada vitamina del sol, puede acelerar la recuperación de los pacientes con tuberculosis, lo que ayuda a explicar por qué antes de la existencia de antibióticos había funcionado la denominada helioterapia.
Los pacientes con tuberculosis solían ser enviados a retiros donde recibieran los rayos del sol, en lo que se conoce como helioterapia o fototerapia.
El nuevo estudio halló que altas dosis de vitamina D, que el cuerpo genera cuando se expone a la luz del sol, junto con un tratamiento antibiótico, parecen ayudar a los pacientes a recuperarse más rápidamente de la enfermedad pulmonar infecciosa.
Los resultados sugieren que altas dosis de la vitamina D reducen la respuesta inflamatoria del cuerpo a la infección, disminuyendo el daño causado a los pulmones, a veces las respuestas inflamatorias pueden causar daño en el tejido, produciendo perforaciones en el pulmón.
El Dr. Martineau comenta que si se puede ayudar a que estas perforaciones se curen más rápido, entonces los pacientes serán infecciosos por un período de tiempo más breve, y también sufrirán menos daño pulmonar.
Los investigadores señalaron que creen que la capacidad de la vitamina D de reducir las respuestas inflamatorias actua sin interferir con la acción de los antibióticos, los suplementos serían útiles para los pacientes que toman esos fármacos para enfermedades como neumonía, sepsis y otras infecciones pulmonares.
Los resultados del estudio fue publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.