Demostrado científicamente: el Internet y los videojuegos violentos, influyen dramáticamente en niños y adolescentes.
La frecuencia de uso y el tipo de videojuegos con que se entretienen los niños y adolescentes, alcanza el nivel de riesgo del consumo de drogas y alcohol, las malas relaciones personales y la baja autoestima.
«Eso no significa que todos los que usan videojuegos se subestiman o que comenzarán a consumir drogas», dijo Laura M. Padilla-Walker.
Los resultados indican sólo que el uso de los videojuegos estaría asociado con distintas consecuencias negativas, «por lo menos en algunos segmentos de la población», dijo Padilla-Walker, profesora asociada de la Brigham Young University, en Provo, Utah.
El equipo dirigido por Padilla-Walker analizó la frecuencia y el tipo de videojuegos, como así también de internet, usada durante los últimos 12 meses entre 500 mujeres y 313 varones.
Todos eran estudiantes universitarios de Estados Unidos y recibieron créditos académicos por su participación en el estudio.
Los participantes, que tenían unos 20 años de edad, informaron también sobre el consumo de drogas y alcohol, la autoestima, la percepción de la aceptación social y la calidad de sus relaciones con amigos y familiares.
Los resultados, publicados en Journal of Youth and Adolescence, revelaron «grandes diferencias de género en el uso de videojuegos e internet», dijo Padilla-Walker.
Por ejemplo, los varones jugaban tres veces más que las mujeres con los videojuegos y usaban ocho veces más videojuegos violentos.
Ellos eran también más propensos que ellas a usar internet como entretenimiento, leer las noticias del día y visitar sitios pornográficos, mientras que ellas solían usar la red para enviar y recibir correos electrónicos y hacer las tareas escolares.
Pero, independientemente del género, el equipo identificó correlaciones evidentes entre el uso frecuente de los videojuegos, el aumento del consumo de alcohol y drogas y las relaciones personales de menor calidad, como así también el uso más frecuente de juegos violentos y una mayor cantidad de parejas sexuales y baja calidad de vínculos personales.
El equipo asoció también esos resultados negativos con el uso de internet para chatear, hacer compras, entretenerse y acceder a contenidos pornográficos, pero con «una plétora de resultados positivos» contrastantes con el uso de internet para hacer la tarea escolar.
Padilla-Walker consideró estos resultados como un punto de partida para futuras investigaciones.
El equipo concluyó que el análisis continuo del uso de los videojuegos y de internet permitiría comprender mejor la salud y el desarrollo de los jóvenes.
FUENTE: Journal of Youth and Adolescence, Febrero del 2009