Existe una relación significativa entre el inicio de la temporada de futbol americano y la violencia intrafamiliar, de acuerdo con un estudio realizado por dos economistas.
Los investigadores compararon datos de crímenes recopilados por el Sistema de Reporte de Incidentes Nacionales de Estados Unidos con más de 900 temporadas de la NFL en juegos donde participaban 6 equipos (Panteras de Carolina, Broncos de Denver, Leones de Detroit, Jefes de Kansas City, Patriotas de Nueva Inglaterra y Titanes de Tennessee) en un período de 11 años. También consideraron al equipo favorito y si el contrincante era un rival tradicional o no y si el juego fue local o visitante.
El estudio reportó que cuando el equipo local era favorito por más de cuatro puntos y pierde, la violencia doméstica se incrementa en un 10 por ciento. Cuando el equipo ganador era un rival tradicional, la violencia doméstica se incrementó en un 20 por ciento. La mayor violencia se registró en las horas siguientes al término del partido.
Cuando el equipo local no era favorito y ganaba, no hubo impacto en la violencia doméstica y tampoco se incrementó la violencia de las mujeres hacia los hombres.
Los investigadores concluyen que las emociones generadas por los partidos de la NFL tienen un efecto significativo sobre la violencia intrafamiliar, especialmente la frustración que experimentan los hombres cuando su equipo favorito pierde un partido en el que se esperaba la victoria.
La pérdida de control que ocurre después de que el equipo favorito pierde de manera inesperada, puede desencadenar un comportamiento violento. Además si a esto se agrega el efecto de desinhibición del alcohol y el incremento en la secreción de adrenalina y testosterona, la posibilidad de violencia doméstica se incrementa sustancialmente.
Los investigadores aseveran que los juegos profesionales de futbol americano son una causa directa del incremento de la violencia intrafamiliar. Sin embargo, se sugiere que esta condición se hace presente con mayor frecuencia en familias donde existen conflictos previos como una mala relación entre los cónyuges, con problemas económicos o de otra índole.
La violencia doméstica se hace más evidente cuando el hombre de la casa es fanático de determinado equipo y asume las pérdidas o victorias del mismo como propias, relacionando su autoestima con el desempeño de su equipo favorito y pintando su casa con los colores de éste.
Si bien resulta entretenido y gratificante sentir una preferencia por determinado equipo, la clave resulta en no cruzar la delgada línea hacia el fanatismo que resulta insalubre y riesgoso para las relaciones interpersonales y familiares así como para el bienestar del propio individuo.
Se recomienda que los fanáticos propensos a la violencia doméstica causada por la frustración, consulten a un psiquiatra. Por otra parte, es recomendable que las esposas o novias de dichos hombres esté fuera de casa cuando pierde el equipo favorito de su pareja.
