En la sociedad actual las tecnologías de la información y de la comunicación ocupan un lugar central en nuestras vidas. Internet se ha convertido en una herramienta que permite involucrarnos social, cultural y políticamente con el mundo y transformarlo, sobre todo, en aquellos contextos en los que las libertades civiles están restringidas.
En el mundo digital coexisten dos realidades: una para la lucha por los derechos y libertades fundamentales de mujeres y niñas y, por otra, donde se ejerce algún grado/tipo de violencia contra las mujeres y las niñas.
La violencia en el mundo virtual es tan real como la que se ejerce fuera de él, entendemos por violencia virtual la difusión de imágenes, vídeos, mensajes a través de cualquier medio de comunicación con la intención de producir daño psicológico, sexual y/o emocional, así como la producción y divulgación de contenidos que promuevan la explotación, discriminación, control y/o atente contra la dignidad de mujeres, adolescentes y niñas.
La violencia contra las mujeres y las niñas a través de las tecnologías de la información se puede ejercer de múltiples formas.
–Ciberbullying, definido como el uso de la tecnología para realizar una conducta intencional, prolongada en el tiempo, hostil, ejercida por un individuo o grupo para hacer daño a otra persona. En muchos casos, hay una prolongación de la experiencia de acoso escolar con el acoso cibernético, de modo que los problemas de muchas niñas y adolescentes en el contexto escolar se trasladan y siguen en el ciberespacio.
Así, enfrentamientos que comienzan, por ejemplo, en el patio escolar continúan en las redes sociales, o también por emails y por mensajería instantánea. Este fenómeno tiene características propias y diferentes al acoso escolar, que aumentan su potencial dañino: anonimato del agresor, alcance y amplitud de espectadores, imposibilidad de huir y reproducción de la agresión indefinidamente.
Las ciberagresiones más comunes son:
— Hostigamientos: envío repetido de mensajes ofensivos o humillantes a la víctima.
–Denigración: envío o difusión de rumores o informaciones falsas sobre la víctima con el fin de dañar su reputación o su círculo de amistades.
–Suplantación de la identidad: envío de mensajes maliciosos haciéndose pasar por la víctima para mancillar su reputación o para involucrarla en problemas.
–Violación de la intimidad: difusión de secretos, informaciones embarazosas de la víctima.
–Exclusión social: exclusión deliberada y cruel de la víctima de grupos on line.
–Cyberpersecución: envío repetido de mensajes amenazantes o intimidantes con el fin de provocar miedo real en la víctima.
–Grooming, son las acciones realizadas deliberadamente por un adulto con el fin de establecer una relación y un control emocional sobre un niño o una niña para preparar la situación para un posible abuso sexual. Se busca intercambiar imágenes eróticas, obtener fotos del cuerpo desnudo o en actos sexuales, y en caso extremos, acceder a un encuentro físico.
–Sexting, es la difusión o publicación de contenidos de tipo sexual (principalmente fotografías y/o videos) producidos por el propio remitente, utilizando para ello, el teléfono móvil u otro dispositivo tecnológico. Cuando la grabación se realiza a través de una cámara web, en lugar del teléfono móvil, y se difunde por correo electrónico o por redes sociales, se conoce como sex-casting. El riesgo de esta práctica, que es de exposición voluntaria, consiste en que no se sabe el alcance que pueden tener esos contenidos.
–Sextorsiónes el chantaje bajo la amenaza de publicar o enviar imágenes en las que la víctima se muestra en actitud erótica, pornográfica o manteniendo relaciones sexuales.
Las tecnologías de la información dan multitud de oportunidades, recursos y beneficios, sin embargo requiere de cuidados específicos:
– Si recibes algún mensaje intimidatorio o imagen nociva, no dudes en comunicarlo a otra persona y en guardarlo como prueba (no te enganches).
– En el momento que una situación en internet se vuelva hostil, incómoda, sal de ese espacio, ya sea desconectándote, navegando por otra página o bloqueando el acceso de esa persona.
– Si te separas de una pareja, sobre todo si es conflictivo o violento, limita la información tuya a la que pueda tener acceso en las redes sociales, y cambia todas tus contraseñas, usando otras que él no pueda imaginar.
– Si tienes una cita con alguien con quien solo hablaste a través de internet, coméntaselo a un/a amigo de confianza, o algún familiar (lugar, hora).
– Ten en cuenta que si una foto o un vídeo íntimo se envía a través de la red, se desconoce el uso que se le puede dar y quedará allí por siempre.
– Las redes sociales, como Facebook y Twitter, cuentan con mecanismos para denunciar a personas que cometen abusos.
Para realizar una denuncia informática, puedes recurrir a las autoridades de tu localidad.