Internet y las revistas femeninas están llenas de tentadores anuncios de cirugía de implantes mamarios, pero los expertos y los reguladores tienen opiniones dispares sobre el tiempo que duran y los posibles riesgos que implican.
Los implantes que ahora protagonizan un escándalo sanitario mundial provenían de la ya desaparecida empresa francesa Poly Implant Prothese (PIP), y parecen tener una tasa de ruptura anormalmente alta. Pero ese riesgo, aunque normalmente es bajo, existe en todas las prótesis mamarias.
Los implantes de pecho están en el mercado desde principios de los años 60, cuando dos cirujanos plásticos desarrollaron los primeros en Texas, en la empresa especialista en silicona Dow Corning Corporation.
La primera mujer en colocarse implantes mamarios de silicona lo hizo en 1962 en Estados Unidos. Desde entonces, entre 5 y 10 millones de mujeres en todo el mundo se han hecho la operación.
Aunque se considera que los implantes de silicona son la opción de aspecto más natural porque suelen parecer más reales a la vista y el tacto, las preocupaciones de seguridad los han rodeado durante años.
En 1992, el regulador estadounidense de fármacos, la Administración de Alimentación y Medicamentos (FDA por sua siglaa en inglés), decidió que los implantes de silicona debían retirarse del mercado nacional porque su seguridad no se había demostrado por completo. Pero las ventas en Estados Unidos se reanudaron en el 2006 después de que la FDA aprobase implantes vendidos por Allergan y la unidad Mentor de Johnson & Johnson bajo condición de que las empresas siguieran durante 10 años a una muestra de 40.000 mujeres para comprobar temas de seguridad.
En el Reino Unido, el aumento de busto es la cirugía estética más frecuente entre las mujeres, según la Agencia Regulatoria de Medicina y Productos Sanitarios (MHRA por susiglas en inglés). La operación es también muy popular en Latinoamérica. En Brasil, cada año se realizan entre 200.000 y 300.000 operaciones de esta clase, según la Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica.
Hay distintos tipos de implantes disponibles, como los que se construyen de tejido natural tomado de otra parte del cuerpo. Esta clase de operación es más habitual en pacientes con cáncer de mama que pasan por una reconstrucción mamaria tras una mastectomía para extirpar el tejido enfermo.
Los implantes más comunes en cirugía cosmética están rellenos de silicona o solución salina, colocados bajo el tejido mamario para aumentar el tamaño y mejorar la forma. Sin embargo, los expertos advierten que es probable que los implantes requieran cuidados a largo plazo.»Los implantes de pecho no duran toda la vida, habrá que sustituirlos en algún punto del futuro», indica en su página web la Sociedad Británica de Información de Implantes.
El organismo señala que es probable que las prótesis modernas duren entre 20 y 25 años, unos 10 más en promedio que las más antiguas fabricadas en las décadas de 1960 y 1970.
En algunos países donde los implantes son populares entre mujeres muy jóvenes -en Venezuela no es inusual que los padres ofrezcan la operación como regalo a hijas adolescentes- esto podría suponer que una mujer vuelva una y posiblemente dos veces al quirófano para nuevas cirugías a lo largo de su vida.
Los médicos señalan que es frecuente sentir dolor luego de la operación, y en la mayoría de las clínicas se aconseja a las pacientes no levantar los brazos por encima de la cabeza durante varias semanas después de la intervención.
La MHRA menciona otros posibles problemas, como riesgos de infección, filtrado o sangrado, posible pliegue del tejido mamario y pérdida temporal de la sensibilidad.
Las autoridades estadounidenses advirtieron este año que la mayoría de las mujeres con implantes probablemente requerirán nuevas operaciones en los 10 años siguientes para resolver complicaciones como roturas o filtrado de las prótesis, dos de los principales problemas asociados con los modelos de PIP.
La llamada cirugía «de revisión» es a menudo más cara, larga y complicada que la primera intervención debido al tejido cicatrizado y la necesidad de retirar o ajustar los implantes originales.
Si alguien ofrece precios especialmente bajos en la cirugía podría estar recortando en consultas de seguimiento o atención posterior, y las pacientes deberían tener cuidado con eso, señalan los expertos.
Fuente: Reuters