La insuficiencia aórtica, es una valvulopatía cardíaca en la cual la válvula aórtica no se cierra herméticamente. Esto lleva a que se presente el flujo retrógrado de sangre desde la arteria aorta hacia el ventrículo izquierdo.
La insuficiencia aórtica puede ser producto de cualquier afección que impida el cierre completo de la válvula aórtica. Una pequeña cantidad de sangre se devuelve cada vez que el corazón palpita.
La afección provoca dilatación de la cámara inferior izquierda del corazón. Cantidades de sangre más grandes salen del corazón con cada contracción, lo cual lleva a que se presente un pulso fuerte y forzado (pulso saltón). Con el tiempo, el corazón va perdiendo la capacidad de bombear sangre al cuerpo.
Las causas de insuficiencia aórtica pueden ser: Espondilitis anquilosante, disección aórtica, problemas congénitos (presentes al nacer) de las válvulas, como la válvula bicúspide, endocarditis, hipertensión arterial, Síndrome de Marfan, Síndrome de Reiter, sífilis, lupus eritematoso sistémico
La insuficiencia aórtica es más común en hombres entre los 30 y 60 años.
La insuficiencia aórtica con frecuencia es asintomática durante muchos años y los síntomas pueden aparecer gradual o repentinamente y son: Pulso saltón, dolor en el pecho, de tipo angina: dolor por debajo del esternón y puede irradiarse a otras áreas del cuerpo, casi siempre el lado izquierdo del tórax, dolor aplastante, opresivo, presión, compresión, dolor que aumenta con el ejercicio y desaparece con el reposo, desmayos, fatiga, palpitaciones (sensación del corazón latiendo), dificultad para respirar cuando se está en actividad o acostado, hinchazón de los pies, las piernas o el abdomen, pulso irregular, rápido, acelerado o palpitante, debilidad, con mayor frecuencia con la actividad.
La cirugía para reparar o reemplazar la válvula aórtica corrige la insuficiencia de la aorta. La decisión para llevar a cabo este reemplazo depende de los síntomas y del estado y funcionamiento del corazón.
La insuficiencia aórtica es curable mediante la reparación quirúrgica. Esta intervención puede aliviar los síntomas por completo, a menos que se presente insuficiencia cardíaca grave o se desarrollen otras complicaciones. Sin tratamiento, los pacientes con angina o insuficiencia cardíaca congestiva debido a insuficiencia aórtica tienen un pronóstico desalentador.