Desde la introducción en 2006 de la vacunación rutinaria contra el rotavirus, que es la principal causa de diarrea en bebés y niños pequeños, han disminuido los casos que requieren hospitalización (cerca de 65000 infantes).
La diarrea causada por el rotavirus es una de las enfermedades más comunes en los niños, por lo general se trata en casa, pero antes de la introducción de la vacuna, el virus era responsable de unas 200,000 visitas a emergencias y 400,000 visitas a consultorios médicos al año, comenta el autor principal del estudio, el Dr. Umesh Parashar, epidemiólogo médico y líder del equipo de gastroenteritis viral de los Centros Nacionales de Salud en Atlanta EUA.
Antes de las vacunas contra el rotavirus, el virus se asociaba con 20 a 60 muertes al año en niños menores de cinco años en EUA. Esa cifra es mucho mayor en los países en desarrollo.
Los resultados del estudio aparecen en la revista New England Journal of Medicine.
La primera vacuna contra el rotavirus estuvo disponible en 1998. Sin embargo, se retiró rápidamente del mercado cuando bebés por lo demás sanos comenzaron a desarrollar una afección conocida como intususcepción. Esta afección provoca que el intestino se introduzca en sí mismo, como un telescopio, provocando una obstrucción intestinal que con frecuencia amenaza la vida. La vacuna se retiró del mercado en 1999, cuando se relacionaron esos casos con la administración de la vacuna.
Para la salida al mercado de las versiones actuales y más seguras de la vacuna contra el rotavirus, se llevaron a cabo estudios que incluyeron a decenas de miles de niños, fue algo que la gente realmente se tomó en serio, ya que deseaban asegurar que no causaba ningún daño.
Desde 2006, se han introducido dos nuevas versiones de la vacuna contra el rotavirus. La vacuna se administra oralmente a los dos, cuatro y seis meses de edad, según la información de respaldo del estudio. El Dr. Parashar comentó que el estudio actual no observó las tasas de intususcepción, pero investigaciones en América Latina y Australia han encontrado que la incidencia en esos lugares era de aproximadamente uno a dos bebés por cada 100,000 vacunados.
El estudio calcula que si este hallazgo se aplica a todos los bebés que fueran vacunados, habría unos 50 casos adicionales de intususcepción, en contraste con el alto número de hospitalizaciones anteriores.
Lo más importante es que esta vacuna reduce el riesgo de que un niño contraiga el rotavirus, y posiblemente de que necesite hospitalización debido a la deshidratación. Los beneficios de esta vacuna superan los riesgos.
Los investigadores hallaron que las tasas de hospitalización por diarrea se redujeron en hasta 33 % tras la introducción de la vacuna. En cuanto a las hospitalizaciones debidas específicamente al rotavirus, la tasa se redujo en hasta 75 %, según el estudio.
Cuando los investigadores compararon los niños vacunados con los no vacunados, hallaron que la tasa de hospitalizaciones específicamente debidas al rotavirus eran 89 % más bajas en los niños vacunados. El número de visitas a emergencias fue alrededor de 48 % más bajo entre los niños vacunados, y las visitas a consultorios médicos fueron 12 % menos frecuentes entre los niños que recibieron la vacuna.
Esta vacuna reduce el riesgo de que un niño contraiga el rotavirus y necesite hospitalización.
Fuente: HealthDay