Según la experta de la ONG Amnistía Internacional Paola Velasco, una de cada tres mujeres en el mundo es víctima de violencia. La violencia contra las mujeres no tiene fronteras, ni distingue clases sociales, étnicas o culturales.
Se calcula que una de cada tres en el mundo es golpeada, obligada a mantener relaciones sexuales o sometida a algún otro tipo de abuso a lo largo de su vida.
Estas violaciones a los derechos humanos son tan comunes, que son invisibles, lo que provoca que gobiernos, comunidades y particulares sean omisos en sus responsabilidades.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 70 % de los asesinatos de mujeres son perpetrados por su pareja o ex pareja y es la principal causa de muerte entre los 16 y 44 años de edad, más del 70 % de las personas que viven en la pobreza son mujeres, y por diversas cuestiones, no tienen derecho a herencia, a crédito o a la propiedad sobre sus bienes, se les paga menos que a los hombres por las mismas responsabilidades, o su trabajo, como el que realizan en el ámbito doméstico, no es remunerado.
Respecto a los derechos sexuales y reproductivos, hay 200 millones que no tienen acceso a métodos anticonceptivos o a información para controlar su fertilidad. Ello, vinculado a la falta de asistencia médica adecuada, provoca el deceso de 500 mil al año; cada minuto, una mujer muere en el parto.