La cantidad de alcohol que las personas ingieren está en parte determinada por un gen, el AUTS2, de acuerdo con un reciente estudio científico.
Según sus autores, los hallazgos de la investigación pueden ayudar a desarrollar tratamientos más efectivos contra el alcoholismo.
El trabajo, realizado por un equipo internacional de científicos, se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS, por sus siglas en inglés).
Entre los investigadores que participaron hay científicos afiliados a la Universidad Británica Imperial College de Londres.
En el estudio se tomó información de 47.000 personas y se descubrió que las personas en las que ese gen es más activo consumen un promedio de alcohol que es 5% menor que el resto.
El gen AUTS2 se había relacionado anteriormente con el desarrollo de enfermedades como el autismo y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, aunque su función no está del todo clara.
Los científicos aclaran que la diferencia en el consumo de alcohol provocada por la presencia de este gen no es muy grande, y podría estar en el orden del 5%. Sin embargo creen que abre el camino para nuevos descubrimientos en el campo de la investigación.
Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo nocivo de alcohol es un problema global que provoca 2,5 millones de muertos cada año. Añade que se trata del tercer factor más importante de riesgo de muertes prematuras, incapacidad y pérdida de salud.
Los expertos creen que la combinación de los estudios genéticos y de comportamiento podrá ayudar a determinar las bases biológicas que determinan la ingestión de alcohol y así desarrollar tratamientos y programas de prevención más eficientes.
El gen AUTS2 está relacionado con la respuesta del cerebro a estímulos placenteros. Los científicos creen que hay más genes que determinan el deseo de consumir alcohol, sin embargo, hasta el momento sólo se había descubierto otro gen, el CYP2E1 que controla la metabolización de alcohol en el hígado y que tiene un impacto en la ingestión de la sustancia.
En el reciente estudio, el equipo de investigadores analizó primero muestras de ADN de 26.000 voluntarios, y descubrió que aquellos en los que el AUTS2 es más activo consumen menos alcohol. Después comprobaron sus hallazgos en otros 21.000 individuos.