Algunas personas tienen la costumbre de tronarse los dedos… Y es que ese chasquido que se produce les genera satisfacción, además de la sensación de relajación que le sigue a nivel de las manos.
Las articulaciones son el punto de encuentro de los huesos y se mantienen en su lugar gracias al tejido conectivo y a los ligamentos. Todas las articulaciones del cuerpo están rodeadas de un liquido espeso y claro, llamado líquido sinovial. Cuando se estira o se dobla el dedo hasta tronar el nudillo, los huesos de la articulación se separan. Al hacerlo, la cápsula de tejido conectivo que rodea la articulación se estira y al estirar esta cápsula se incrementa su volumen, por lo tanto disminuye su presión. Así que al disminuir la presión del liquido sinovial, los gases disueltos en dicho liquido se tornan menos solubles, formando burbujas. Cuando la articulación se estira lo suficiente, la presión en el interior de la cápsula cae al punto de que estas burbujas explotan, produciendo el chasquido característico que se escucha al tronarse los dedos.
El gas tarda aproximadamente 25 a 30 minutos en disolverse nuevamente en el líquido de la articulación. Durante este período, no será posible tronarse los dedos. Una vez que el gas se disuelve de nuevo, se vuelven a producir las burbujas y uno puede volver a tronarse los dedos.
En cuanto a los riesgos asociados con este hábito, solamente se ha publicado un artículo científico. Este estudio realizado por Raymond Brodeur y publicado en la revista Journal of Manipulative and Physiological Therapeutics, examinó a 300 personas que se tronaban los dedos para buscar un posible daño en las articulaciones. El resultado no reveló una relación aparente entre el tronarse los dedos y la presencia de artritis; sin embargo, quienes se tronaban los dedos presentaron otros signos de daño, incluyendo lesión de tejidos blandos en la cápsula de la articulación y disminución de la fuerza para agarrar o empuñar las cosas. Este tipo de daño parece deberse al estiramiento rápido y repetitivo de los ligamentos que rodean las articulación.
En conclusión, a la pregunta concreta de si es malo tronarse los dedos, la respuesta es que es preferible no hacerlo.
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