Un trasplante de médula ósea es un procedimiento para reemplazar la médula ósea dañada o destruida por células madre de médula ósea sana.
La médula ósea es el tejido graso y blando que se encuentra dentro de los huesos. Las células madre son células inmaduras en la médula ósea que dan origen a todas las células sanguíneas.
Existen tres clases de trasplante de médula ósea:
Autotrasplante, las células madre se toman de uno mismo antes de recibir tratamiento de radioterapia o quimioterapia. Después de hacer estos tratamientos, las células madre se colocan de nuevo en el cuerpo. Esto se llama trasplante de «rescate».
Alotrasplante de médula ósea, las células madre se extraen de otra persona que se llama donante. La mayoría de las veces, un donante debe tener el mismo tipo genético del paciente, de modo que su sangre «sea compatible» con la suya. Se hacen exámenes de sangre especiales para determinar si un donante es compatible con usted. Un hermano tiene la mayor probabilidad de ser un buen donante compatible; sin embargo, a veces, los padres, los hijos y otros parientes pueden ser donantes compatibles. Los donantes que no tienen parentesco con el paciente se pueden encontrar a través de los registros nacionales de médula ósea.
Trasplante de sangre del cordón umbilical. Las células madre se toman del cordón umbilical de un bebé recién nacido inmediatamente después del parto. Dichas células se guardan hasta que se necesiten para un trasplante. Las células de la sangre del cordón umbilical están tan inmaduras que hay menos preocupación de que no sean compatibles.
Antes del trasplante, se puede administrar quimioterapia, radioterapia o ambas. Esto se puede hacer de dos maneras:
Tratamiento ablativo (o mieloablativo): se administran altas dosis de quimioterapia, radioterapia o ambas para destruir cualquier tipo de células cancerosas. Esto permite que crezcan nuevas células madre en la médula ósea.
Tratamiento de intensidad reducida (no mieloablativo) también llamado «mini» trasplante. En la actualidad, algunos pacientes están recibiendo dosis bajas de quimioterapia y radiación antes de su trasplante.
Después de que se completa la quimioterapia y la radiación, se hace el trasplante de células madre. Las células madre se inyectan en el torrente sanguíneo a través de una sonda llamada catéter venoso central, un proceso similar a recibir una transfusión de sangre. Las células viajan a través de la sangre hasta la médula ósea. Por lo regular, no se requiere ninguna cirugía.
En muchos casos, las células madre donadas se pueden recoger directamente de la sangre de una persona y no se necesita cirugía. El donante primero recibirá inyecciones durante algunos días.
Se puede necesitar una cirugía menor para recolectar la médula ósea y las células madre de un donante, lo cual se denomina recolección de médula ósea. Esta cirugía se hace bajo anestesia general, lo cual significa que el donante estará dormido y sin dolor durante el procedimiento. La médula ósea se saca de los huesos de la cadera.
Un trasplante de médula ósea repone la médula que no está funcionando apropiadamente o que se ha destruido (ablación) por medio de radio o quimioterapia.
El médico puede recomendar un trasplante de médula ósea si usted tiene:
Ciertos cánceres, como leucemia, linfoma y mieloma múltiple.
Una enfermedad que afecte la producción de células de la médula ósea, como:
anemia drepanocítica;
anemia aplásica;
talasemia;
neutropenia congénita;
síndromes de inmunodeficiencia grave.
Se ha sometido a quimioterapia, y esto destruyó su médula ósea.
Un trasplante de médula ósea puede causar los siguientes síntomas
Dolor
Escalofríos
Fiebre
Ronchas
Dolor torácico
Reducción de la presión arterial
Dificultad para respirar
Náuseas
Sofoco
Dolor de cabeza
Sabor raro en la boca
Las posibles complicaciones de un trasplante de médula ósea dependen de muchos factores, como:
La enfermedad que le están tratando.
Si sometió a quimioterapia o radioterapia antes del trasplante de médula ósea.
Su edad.
Su salud general.
La compatibilidad del donante.
El tipo de médula ósea que recibió (autotrasplante, alotransplante o trasplante de sangre del cordón umbilical).
Las complicaciones puede abarcar:
Infecciones que pueden ser muy serias.
Sangrado en los pulmones, los intestinos, el cerebro y cualquier otra parte del cuerpo.
Anemia.
Problemas estomacales, entre ellos, diarrea, náuseas y vómitos.
Dolor.
Inflamación y dolor en la boca, la garganta, el esófago y el estómago, llamado mucositis.
Daño a los riñones, el hígado, los pulmones y el corazón.
Cataratas.
Menopausia temprana.
Insuficiencia de un injerto, lo cual significa que las nuevas células no se establecen dentro del cuerpo y comienzan a producir células madre.
Enfermedad injerto-contra-huésped, una afección en la cual las células del donante atacan su propio cuerpo.
Retraso del crecimiento en niños que reciben un trasplante de médula ósea.
Antes del procedimiento el médico le preguntará por su historia clínica y llevará a cabo un examen físico. A usted igualmente le harán muchos exámenes antes de comenzar el tratamiento.
Antes del trasplante, se le pondrán una o dos sondas, llamadas catéteres, dentro de un vaso sanguíneo en el cuello. Esta sonda permite que usted reciba tratamientos, líquidos y algunas veces nutrición.
El médico o el personal de enfermería deben hablar sobre el estrés emocional de someterse a un trasplante de médula ósea. Es posible que usted quiera reunirse y tener una charla con un asesor en salud mental. Es importante igualmente hablar con su familia y los hijos para ayudarlos a entender qué se debe esperar.
Un trasplante de médula ósea normalmente se lleva a cabo en un hospital o centro médico que se especialice en este tratamiento. La mayoría de las veces, usted permanecerá en una unidad especial para trasplantes de médula ósea en el centro con el fin de reducir la probabilidad de contraer una infección.
Todo o parte de un autotrasplante o alotrasplante se puede hacer de manera ambulatoria. Esto significa que usted no tiene que permanecer en el hospital o centro médico.
La duración de la hospitalización depende de cuánta quimioterapia o radiación haya recibido, el tipo de trasplante y los procedimientos de su centro médico. Mientras usted esté en el hospital, estará aislado debido al aumento de riesgo de infección. El equipo médico estará muy pendiente de sus hemogramas y signos vitales.
Mientras usted esté en el hospital, puede:
Recibir medicamentos para tratar infecciones, como antibióticos, antimicóticos y antivirales.
Necesitar muchas transfusiones de sangre.
Recibir alimentación a través de una vía intravenosa hasta que pueda comer por la boca y los efectos estomacales secundarios y las úlceras bucales hayan desaparecido.
Recibir medicamentos para prevenir la enfermedad injerto-contra-huésped.
El pronóstico después del trasplante depende enormemente de:
El tipo de trasplante de médula ósea.
Qué tan compatibles son las células del donante y las suyas.
Qué tipo de cáncer o enfermedad tiene usted.
Su edad y salud general.
Qué tipo de quimioterapia o radioterapia tuvo antes del trasplante.
Cualquier tipo de complicaciones.
Sus genes.
Un trasplante de médula ósea puede curar completa o parcialmente su enfermedad. Si el trasplante funciona, usted puede regresar a la mayoría de sus actividades normales tan pronto como se sienta bien. La mayoría de las veces, toma hasta un año alcanzar una recuperación total.
Las complicaciones o la insuficiencia del trasplante de médula ósea pueden llevar a la muerte.
Al trasplante de médula ósea también se le conoce como: Trasplante de células madre, trasplante de células madre hematopoyéticas, trasplante no mieloablativo de intensidad reducida, mini trasplante, alotrasplante de médula ósea, autotrasplante de médula ósea, trasplante de sangre del cordón umbilical.