Trabajar durante el embarazo no aumenta el riesgo de que una mujer tenga un bebé de forma prematura o con un peso bajo al nacer, revela un estudio reciente dirigido por Katy Backes Kozhimannil, de la división de políticas y gestión de la salud de la Universidad de Minnesota en EUA.
Los investigadores examinaron los datos de casi 1,600 mujeres que dieron a luz en 2005. Algunas de ellas trabajaron a tiempo completo o parcial cuando estaban embarazadas, y otras no trabajaron en ese periodo.
No hubo diferencia alguna en las tasas de parto prematuro o de bebés con un peso bajo entre las mujeres que trabajaron y las que permanecieron en casa durante el embarazo.
Sin embargo, los factores de riesgo conocidos siguieron estando fuertemente asociados con el parto prematuro y peso bajo al nacer, los resultados del estudio se publicaron en la revista Women’s Health Issues.
Las investigaciones anteriores mostraron una asociación entre ciertas características del trabajo, como son una actividad física extenuante y largas jornadas laborales, y los resultados adversos en el momento del parto, pero a menudo no lograron desenredar la relación entre el empleo de las mujeres y los resultados del parto, ya que las mujeres que trabajan durante el embarazo (por elección propia o por necesidad) son muy distintas de las que no trabajan, afirma la directora del estudio, Katy Backes Kozhimannil.
Sus hallazgos muestran que la atención no debe dirigirse a si una mujer trabaja durante el embarazo o no, sino a las características del trabajo, sobre todo de los que se sabe que aumentan el riesgo de partos prematuros y de un peso bajo al nacer, y reiteran la importancia del diálogo sobre la política a seguir en cuanto a las dificultades a las que se enfrentan las madres que trabajan.
Fuente: University of Minnesota